Y estoy llegando a la conclusión, por la propia historia de mi vida. Si me gusta un chico, malo, porque me quiere como amiga o como amiga con derechos, en el mejor de los casos. Si soy yo la que le gusta a un chico, peor, porque hasta el momento ninguno de los que me ha tirado la caña me ha interesado lo suficiente.
No tengo problema con mi aspecto, es más, en los últimos años he aprendido que lo de ser sexy/atractiva, no pasa por la talla. Sé que físicamente gusto. Y sé que lo primero que la gente (en general) destaca de mí es que soy una tía inteligente. Además, por mi profesión, estoy acostumbrada a tratar con todo tipo de gente, a conocer muchas cosas y conversación no me falta. Vamos, que la "tara" no está ahí.
Sí es verdad que estoy trasladada por motivos de trabajo, que lo que hago no me acaba de llenar y que la pandilla de amigos que tenía se ha ido disolviendo por la vida de cada uno.
Suelo gustar más a personas mayores que yo. Siempre fue así y no me preocupa. Mi única relación-si se le puede llamar así- fue el año pasado con un tipo que resultó ser un encantador de serpientes que me simultaneaba con quien hoy es su pareja. Un tipo muy dominante y con rasgos psicópatas (siempre lleva la razón, nunca da explicaciones, cuando se siente atacado te humilla y no tiene atisbo de compasión a las lágrimas de otro). El caso es que aquello no consiguió hundirme. Yo sé quién soy. Pero con el siguiente que me hizo tilín (un amigo de toda la vida al que por circunstancias dejé de ver y que reencontré hace unos años, junto al resto de la pandilla), traté de abrirle la puerta y unos días parecía que aquello podía ser el principio de algo...pero tampoco. Él dice que no está para parejas, pero ya he visto que hay alguien más (con nombre de mujer) a su alrededor.
Así que, cada vez estoy más convencida de que yo no nací para tener pareja, que mi misión en la vida es ser buena profesional y dedicar todos los esfuerzos a mi carrera.
Me queda la espinita de si no habría un hombre, con defectos y virtudes, que estuviera dispuesto a quererme. No para toda la vida, con una temporada me conformo, que me haga ver que yo "valgo" también para ser pareja. Para querer y que me quiera. Que no me diga, una vez más "tú no".