Hace un mes que me dejó, y lo hizo sin motivos. Aunque creo que sé porque fue realmente... y es que él era adicto a internet, así que poco a poco le fui desenganchando (y pasamos mucho... mentiras, enfados, etc.), hasta que al final lo consiguió. Estuvo unos meses "limpio", pero en cuanto me dejó, volvió a ello de cabeza... y ahora está incluso peor que antes. Y creo que esa ha sido la razón, quería tener vía libre.
La verdad es que me dolió mucho, me sentí como si no fuese nada... tan poco valgo y tan poco le importo, como para que prefiera estar con un ordenador antes que conmigo?
Durante todo este tiempo, no me he sentido triste por la ruptura... más que nada, porque no lo aceptaba. Me pasaba las horas junto al teléfono y en el MSN, esperando tener noticias de él... esperando que me dijese algo de volver (pues yo ya había intentado ponerme en conectacto con él, y no obtuve respuestas).
Entonces ya se volvió obsesión... necesitaba tenerle controlado, saber todo lo que hacía en cada momento. Así que me registraba en todos las páginas que él frecuentaba, aunque nunca le hablé por miedo a que me reconociese (o en realidad tenía miedo a que me tirase la caña, pensando que yo era otra chica).
Y así he pasado este tiempo, es de locos... hasta que hoy me he dado cuenta que ya no hay nada que hacer y que así sólo me hago daño. He borrado su MSN, su número, he borrado el historial de las páginas visitadas... es una tontería, porque aunque lo borre, me los sé de memoria... pero quizás, al no verlos, evito tentaciones.
Lo peor es que, aún haciéndo todo esto, me muero de ganas por intentar hablar con él una vez más... necesito luchar seguir luchando, aunque quede como una arrastrada... me da por pensar que lo que le hace falta es un empujoncito y que si no se lo doy ahora, lo perderé para siempre... (aunque ya esté perdido...).