Mi primera infidelidad
Empezaré describiéndome un poco, tengo 25 años, piel blanca, ojos verdes, con pechos voluptuoso y un culito respingado. Hace un año estaba recibiendo un curso en la universidad donde me gradué, en ese curso conocí a un hombre encantador, llamado Carlos: moreno, alto, vestido siempre impecablemente, caballeroso, amable, atento, en fin una maravilla de hombre.
Mi matrimonio estaba pasando por una crisis bastante grave, un día les dije a mis compañeros que me estaba separando, sin pensar en lo que esto tendría alguna consecuencia. Cuando estaba en mi auto, recibí un mensaje de Carlos a mi celular: Como me gustaría tener a mi lado a una mujer como tu: linda, inteligente y cariñosa, con ese mensaje iniciaron una serie de mensajes que poco a poco fueron subiendo de tono hasta que Carlos me mandó un mensaje que decía: Si me dejas, te voy a coger como nunca nadie te ha cogido, la verdad es que ya me tenía más que excitada y decidí decirle que sí, pero que esperáramos hasta el viernes, que mi esposo salía de viaje.
Llegado el tan esperado viernes, en la mañana recibí un mensaje a mi celular que decía: Estoy contando las horas, minutos y segundos de cogerte, te voy acariciar todita, te voy a excitar tanto que me vas a pedir a gritos que te penetre hasta el fondo. Nos encontramos en la universidad y de ahí nos fuimos a su apartamento, que quedaba cerca de la universidad.
Entramos a su apartamento, he inmediatamente me empezó a besar, nunca antes había sentido unos labios tan carnosos, suaves, deliciososme sacó la blusa y me sacó las tetas del sostén, en cuanto las vió me dijo: Que delicia mamacita, que ricos esos pezones, están como a mí me gustan duritos, que desperdicio, seguro tu marido ni te los acaricia y en seguida los empezó a mordisquear, a jalar. Yo estaba ya mojadisima, todo el día había esperado ese momento y él era un maestro del sexo, que dicha. Luego me tumbó a la cama, y me arrancó la minifalda que traía y tanguita transparente. Mientras amasaba mis tetas, empezó a besarme el cuerpo, hasta llegar a mi conchita, que esta empapada, yo ya no soportaba el deseo de que me penetrará y tal como lo dijo en el mensaje le pedí a gritos Metémelo hasta el fondo, cógeme que ya no aguanto más, por favor papacito, cógeme.
Él ya estaba también que no aguantaba y no dudo en agarrar una almohada y ponerla debajo de mi culito respingado para levantarme y podérmelo meter todito, puso mis tobillos en sus hombros y se empezó a balancear sin dejar de decir Que rica que estas mamacita, estás tan calientita y socadita, se nota que tu marido no te coge muy seguido Luego de un rato de estar disfrutando sus embestidas, me dijo: Súbete muñeca, que ahora quiero verte como te mueves, enseguida me dispuse a hacerlo gozas más, y lo empecé a cabalgar, a domar a mi semental, brincaba sobre él y mis pechos rebotaban como pelotas, luego los acerque a su cara y él comenzó a mamarlos, mientras yo me movía al ritmo de samba brasileña, que rico.estamos tan sabroso que no duramos mucho en llegar a un orgasmo riquísimo, que me hizo gritar como una loca.
Pero eso no termina ahí, mañana les cuento que más hicimos ese día