Es un chico maduro aparentemente (tiene su casa propia, un trabajo estable, etc).
Conmigo es un cacho de pan: cariñoso, atento, detallista, amable, simpatico, fiel, sincero, educado, me respeta, me cuida, siempre puedo contar con él, etc.
Pero en la cama...
Admito que en el sexo, yo me "descontrolo" un poco (pues soy una chica super modosita, tímida, correcta... pero en la cama me suelto completamente, actuándo de una forma muy caliente... no parezco ni yo!). El caso es que me encanta decir frases muy súbiditas cuando lo hacemos (tipo "metemela toda" o "quiero tragarme tu leche", bueno lo que se me vaya ocurriendo), al igual que también me encanta que me las digan (pero mi novio no lo hace).
Entiendo que le pueda "chocar" ver ese cambio tan radical en mí, pero... una cosa es que se extrañe y otra es que después bromée con el tema! No me parece lógico... (estándo normal, viendo la tele o lo que sea... me suelta alguna de las cosas de esas que le haya dicho, riéndose!).
En otra ocasión me dijo algo que me dejó... os cuento, acababa de penetrarme no? Y saco su pene de mi y me dispuse a hacerle una felación. Hasta aquí todo normal, pero empiezo a hacérsela y se empieza a aguantar la risa... paro, y le digo "tan mal lo hago?" (lógicamente, me cortó un poco el rollo) y me contesta "no es eso nena, es que te estás tragando tu semen! Jajaja"... me quedé: tierra trágame!
Por estos motivos no me atrevo a probar cosas nuevas! Así como hacerlo en un lugar público o en un lugar que no sea muy común, presentarme en una cita sin braguitas, agregar detalles a nuestros encuentros (preservativos de sabores, lubricantes de sencaciones -frio/calor-, algún alimento -nata, chocolate, etc-, algún juguetito...) etc.
Lo veís normal? Es que hasta me da por pensar que la "rarita" soy yo...
Qué hago?