Fue este verano, en un pequeño pueblo costero. Yo acababa de divorciarme después de 10 años de matrimonio, dos hijos y una vida sexual satisfactoria, nos dimos cuenta de que ya no estábamos enamorados y decidimos separarnos antes de hacernos daño.
Me fui de viaje sola para tratar de superarlo. Esa noche hacia un calor tremendo. Mucha gente en la calle. Entre en un bar en la playa, sonaba música... Bachata, salsa. Un grupo de chicos y chicas bailaban pegados sensuales y sudorosos. Me tome un cubata en la barra y me puse a mirarles avidamente. Uno de ellos se me acercó y me saco a bailar, era joven guapo moreno latino. Sin mediar palabra me cogió de la mano y me llevo a un reservado del bar, era un sitio pequeño con una especie de sofá cama bastante cutre, la música sonaba, el calor era pegajoso, bailamos muy pegados, el empezó a quitarme la ropa, me tumbó en aquel catre, se desnudó y se echó sobre mi, me besó hasta el.último rincón de mi piel, me chupo los pezones, lamío el clitoris, me dedoseo el ano...
Yo estaba totalmente mojada, gemia, jadeaba y vibraba, mientras el frotaba su cuerpo contra el.mio. Entonces me sentó al borde de la cama y se puso de pie frente a mi, metió su pene inmenso duro y gordo en mi boca enérgicamente y me agarro la cabeza para inmoviizarme mientras me penetraba hasta la garganta, eso me pareció superexcitante . Entonces lo sacó de mi boca, me abrió las piernas, me cogió en brazos a horcajadas y me lo metió en la vagina empujando con una fuerza salvaje al ritmo de la machacona música que seguía sonando sin fin. Yo estaba a punto e volverme loca de placer.
Entonces él me tendió en el catre, me puso acostada de lado, se abrazo a mi espalda y poco a poco me introdujo el pene en el ano, primero despacio y luego duro y profundo, mientras me apretaba los pechos, me besaba en el cuello, me tiraba del cabello y me daba cachetitos en las nalgas, estaba muy evitado hasta que de repente gimió lentamente y eyacuól en mi ano, yo sentí su semen tan dentro de mí que creí morír de gusto. Nos quedamos dormdos abrazados. Exhaustos.
Cuando desperté el ya no estaba, la música sonaba todavía. Amanecía. Me vestí y al salir cogí mi bolso, estaba abierto, pensé que mi amante furtivo me había robado. Pero no faltaba nada. En cambio había una tarjeta suya, con su nombre. Teléfono y una nota "llamame". Le llame o no?
