Mi fantasía que algún día la cumpliré

                  Mi prima Angela me presto su cuenta para escribir mi historia " 

                                                      Mi fantasía que algún día la  cumpliré
                        Mis Papas se separaron cuando yo tenía 8 años. Después de varios años de vivir con mi madre y por problemas económicos graves me fui a vivir con mi padrino a Santiago. Tengo recuerdos maravillosos de él. Fue un gran hombre y una persona muy importante en mi vida.  Su esposa estaba postrada por un accidente vascular, teníamos que ponerla en silla de ruedas la mayoría de las veces. Fui de gran ayuda mientras viví con ellos ya que ellos no tuvieron hijos.
            Empecé a mirar a mi Padrino con otros ojos, él tenía en esos años 70 años fue oficial de ejército en su juventud, me gustaban sus manos muy bien cuidadas, ojos preciosos de color, siempre afeitadito, olía siempre bien. Usaba perfumes exquisitos. Y lo empecé a mirar como mujer derechamente a provocarlo, siempre fui bien grande de contextura y porte y me desarrollé bien niñita a los 11 años ya era mujer, ustedes entienden no quiero entrar en detalles.
            Después del colegio estábamos toda la tarde juntos con mi padrino atendíamos a mi tía, cocinábamos, me ayudaba a hacer mis tareas, Siempre fui de pechos grandes así que ya con 17 años. Y tantos años esperando que me tocara, besara o que me hiciera mujer por primera vez.  No podía conciliar el sueño, en las noches me masturbaba pensando en él, pasaba en eso varias horas de la noche y del día también. Desabrochaba los primeros tres botones de mi blusa del colegio, pero no lograba nada, con el tiempo cambie de táctica y me subía bien arriba la falda del uniforme, pero nada de nada. Mi tío me dio la orden de cambiarme de ropa apenas llegara a la casa pero nunca le obedecí.   
           No podía sacarme el uniforme era el atuendo más apropiado para tentar a mi Tío. Me empecé a sacar los sostenes andar solo con blusa, me ganaba a contraluz para se me viera todo, también a esas alturas andaba sin cuadros, me sentaba al frente de él  cuándo veía televisión para abrir mis piernas y mostrar toda mi humanidad deseosa y ella respondía estando toda mojada.
          Lo miraba cuando se duchaba; en esos instantes comprendí que no era de fierro.  Se masturbaba cada vez que entraba a ducharse, esto ya se hacía insostenible, es fatigante recordar inclusive ya después de tantos años de esto, ya ahora, casada con mi esposo, teniendo a mis hijas y a mis años al escribir esto veo que esa sensación sigue intacta.
           ¡Mi viejito rico que ya no estas!
         Después de mirarlo siempre, en un arranqué de deseos y lujuria. Cuando estaba en la ducha con un destornillador abrí la puerta de la ducha y lo enfrente, ya sin zapatos ni calcetas con mi falda de colegio y mi blusa abierta completamente. Entre a la ducha, él cerró el agua me abalance sobre él  lo bese a la fuerza, me hiso retroceder. Tome sus manos las puse sobre mis pechos no deje que las sacara, luego puse una mano en medio de mi vagina y también con fuerza lo afirme. No quería nada conmigo me puse a llorar lo trate de maricon.  Se puso su bata a mí me tapo con la toalla. Me llevo a mi pieza. Me beso mi frente, seco mis lágrimas, y me dijo que yo era hermosa y perfecta más para un hombre de su edad. Pero soy tu padrino y nunca, aunque me duela el alma contigo nunca me comportare como un hombre. Conclusión  eso sí que es hombría. El ya no está pero. Mi fantasía que algún día la  cumpliré "