Abajo los complejos
Le faltan letras a tu teclado?
En fin, uno de los peores enemigos de la vida intima es la monotonia, y que mayor monotonia que hacerlo unicamente de misionero. Estar tú encima no es solo moverte encima de el para estimular tu clitoris, pidele que te acaricie los muslos, el culo, los senos, las caderas y la cintura. Tomense las manos, inclinate para besarse y que te abrace, diganse cosas, en fin. Dejen volar la creatividad.