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hola este es mi primer post. Me gustaría leer un consejo sobre esto que estoy sintiendo. Desde ya les doy las gracias.
Soy un chico que tiene 26 años. Hace un año empecé a trabajar en una empresa en donde conocía una chica, que para empezar no me gustaba. Ella es testigo de Jehová, y yo jamás he atendido a ese tipo de personas, cuando llegan a mi casa les invento cualquier escusa para no abrirles.
Trabajamos en áreas cercanas por lo que no es un milagro que nos crucemos al menos unas 5 o 6 veces por día. No pierde el tiempo, cuando me ve me da un material de los TJ para leer y al día siguiente me hace preguntas. Los días que le contestaba bien me daba un"regalo" podía ser un dulce o podía ser más material de ellos (yo prefería los dulces). En un momento empezamos a charlar por chat en celular, para mi era algo muy agradable, ansiaba llegar a casa tomar el celular y escribirle algo. También quedábamos en salir a almorzar juntos (nos encanta la comida norteña). Estos almuerzos nos sirvió de mucho para conocernos, Dios no era el tema principal felizmente, aquí supe su edad, 37 y fue algo que me impresionó ya que los parece, pero bueno fue algo que no me importó.
Un día me invitó a las reuniones que ellos tienen, me lo pensé bastante antes de asistir. Este día tuve un debate interno, entre mi ateísmo y mi corazón. Al final llegué a la conclusión de que me enamoré de ella, y decidí asistir para ver cómo era, talvez yendo la conocería más, sabría que la mueve, que le gusta.
Después de la tercera reunión me regaló una película que se llama "como sé si es amor" que trata sobre dos parejas de enamorados, testigos de Jehová ellos, que bla bla bla bla... y vivieron felices para siempre. Hay muchas cosas que me hacen pensar que ella siente lo mismo por mi pero yo muero de miedo de que lo sepa, con otras chicas no me paso esto.
Por 2 semana salí de la empresa y la extrañé mucho por que también deje de asistir a las reuniones. Cuando volví a la empresa nada había cambiado, ella me hablaba como siempre y yo también. Hasta que vino la pregunta que no quería me hiciera, "¿cuando vuelves a las reuniones?". Le respondí: "he decidido no ir más a las reuniones". Darle está respuesta me dolió en el alma.
Ahora ya no hablamos, por más que yo intento no es como antes. Es la primera testigo de Jehová a la cual le abro las puertas y me enamoré.
Les agradezco si hacen algún comentario, no importa que sea. Pero si necesito un consejo, gracias.