"me arrepiento de nunca haber ido a zanzíbar"

Esta charla es un pequeño homenaje a una mujer excepcional: Lesley Blanch.

De orígen rusa, nació el 6 de junio de 1904, Lesley Blanch se quedó en la memoria pública por su matrimonio con Romain Gary, en 1944.

He buscado en internet, parece que Sra Blanch está bien vivita y coleando , y piensa escribir una autobiografía...Periodista, crítica de cine, escritora, asesora de un director en Hollywood. Columnista de Vogue y Harper's Bazaar. También escribió dos libros de cocina.

Personalidad como el champán, humor a tope..Leí una entrevista suya de 2004, cuando celebraron sus 100 años. Le preguntan quién era el misterioso ruso, protagonista de de una novela suya, "El viajero" y contesta, con un guiño: "Ud. de todas formas no podría pronunciar correctamente su apellido, así que se quede así, misterio."

No he leido ninguna novela suya, de hecho, hace poco que descubrí a Lesley Blanch (prometo rectificar este error mío). Tienen títulos que me encantan, por ejemplo "Las orillas salvajes del amor", "Viaje en el ojo de la mente", "Bajo una estrella que sangra lila".

Casada con Romain Gary (os escribiré otra vez sobree éste), parece que ninguno de los dos estaba muy interesado por la obra del otro... Un día, muy contenta por algunas páginas que había escrito, le quiso leer: "No tengo tiempo para escucharte", vino la respuesta...y a poco tiempo la dejó por una actriz famosa, Jean Seberg.

Una viajera nata, encantada de descubrir ótros países, ciudadana del mundo, abierta a los demás, a gusto igual en Los Angeles que en algún pueblo perdido de Rusia o Bulgaria. Una viajera que quiso visitar los lugares relacionados con los "Dekabristi", los luchadores de Diciembre, cosa que hasta asustó a muchos, porque en la época, lo que más se visitaba eran Moscú y Leningrado.

Una viajera nata en "las personas". Fue ella que escribió sobre mujeres en una época en que el feminismo de los '60 no había nacido todavía. Sus temas preferidos en los '50 - Isabel Burton, que se casó con el explorador Burton, Jane Digby, hija de buena familia británica, que se quedó en el desierto sirio, casada con un cheikh, Aimée Dubucq, una estudiante frances que llegó en el harén del Sultán en Istanbul, Isabelle Eberhard, una lingüista suiza que se visitó de hombre para poder viajar en Sahara.

Y le dice al periodista que la única cosa de que se arrepiente es de no haber viajado a Zanzíbar, porque le hubiera gustado comprarse unos muebles bonitos que sabía que había por allí.

Tenía 90 años cuando perdió todo en un incendio: manuscritos, libros y ropa. Cuenta que tenía ropa tradicional de muchos países exóticos, ropa árabe y turca, y "cómo la portaba bien, estaba como nueva".

Toda una guerrera, longeva, fuerte. Un modelo, quizás, pero no creo que ella (si supiera mi intención) estuviera de acuerdo.

Y una cita de Sra Blanch:


"Hay dos tipos de románticos: los que aman y los que aman la aventura de amar".