Mi relación empezó hace 7 años, hicimos click inmediatamente y nos fuimos a vivir juntos, todo iba bien, no estábamos en la mejor época económicamente pero éramos felices. Conseguí trabajo en otro lugar, y el me apoyó, nos casamos, estuvimos casi un año viajando para vernos cada 15 días, hasta que me alcanzó en el nuevo lugar, se mudó con todo y negocio y le fue muy bien en la nueva ciudad.
Empezamos a crecer económicamente, los dos ganábamos muy bien, y éramos muy apasionados en nuestras respectivas áreas, con el tiempo, estar lejos de su lugar de origen, pasó factura, las peleas se incrementaron, los reclamos aumentaron, y siempre salía a flote el tema del dinero. Siempre fue muy mal administrado, tenía deudas arrastrando de años, en el afán de ayudarlo, le prestaba la tarjeta de crédito o pagaba cosas de su negocio con mi sueldo, siempre veía la manera de apoyarlo.
Así pasaron varios años, llegó el sismo de septiembre, nos desalojaron de nuestra departamento, y tuvimos que vivir por un tiempo en casa de mis papás; quien haya vivido un sismo, sabrá que literal cimbra todo a su paso, y pasó con nuestra relación.
Cada vez éramos más distantes, la familia siempre nos ayuda en las etapas más difíciles, pero al transcurrir de los meses, siempre estaba enojado, no quería hablar con mi familia (a pesar que siempre lo trataron bien), trabajo mucho más y siempre lo atribuí a lo que vivimos despues del sismo; también yo estaba enojada (recién adquirimos el departamento, la deudas no dejaban de crecer) y solo llegábamos a casa de mis papás a dormir, yo lo atribuía a que desde un principio, estábamos acostumbrados a estar solos; así que me di a la tarea de conseguir un departamento económico en lo que rehabilitaban el nuestro (ya pasó más de un año y no hemos podido volver).
Estuvimos bien unos meses, hasta que por hacerle el favor a un familiar, pidió a mi papá usar su tarjeta de crédito (pagos a meses, sería puntual), al paso de los meses, el familiar dejo de pagar, ya no contestaba el teléfono, y ahí empezaron realmente los problemas, tenía que recordarle todos los meses a mi esposo que teníamos que pagar, no quería ocasionar problemas, así que algunos meses los pagaba yo y después me reponía el dinero.
Su deuda empezó a crecer y yo le exigía que pagará, ya que el había hecho el compromiso, llego el mes que me quede sin dinero por pagar las deudas conjuntas más las del pariente, las peleas no dejaron de fluir, yo le exigía mi dinero y mi esposo nunca tenía dinero a pesar de que el negocio seguía prosperando.
Las discusiones subieron de tono, los reclamos fluyeron sin cesar, los dos hicimos y dijimos cosas hirientes, y entonces pasó: me corrio de la casa, (con el pretexto de que el había conseguido el departamento), tiró mis cosas al suelo, salió y me dijo que cuando regresará ya no quería verme ahí. Me
salí en cuanto pude, y aquí estoy escribiendo esto para desahogarme, fuera de casa y pensando que diablos haré. Es obvio que esta relación se fue a la mierda, también que hemos pasado cosas difíciles pero a mi punto de vista, es cuando las relaciones se fortalecen, no las haces a un lado.
Heme aquí, llorando, escribiendo, sintiéndome de lo más estupida por haber dado tanto en una relación (sobre todo dinero) y no paro de fumar, evite ir corriendo a casa de mis papás para no preocuparlos.
Quien dice que los efectos del sismo no siguen sintiéndose a más de un año, ahora me toca rehabilitarme, reconstruirme y pagar deudas ajenas en lo que investigo de abogados y demandas.