Cansado, tenso, tome la decisión de ir a una sesión de masajes. Me llamó la atención un aviso respecto de masaje sueco, dado por un señor de esa nacionalidad.
Fui con mucha curiosidad. Como es natural, me pidió desnudarme y comenzo a realizarme un masaje muy agradablepor la espalda, muslo, pies y glúteos y fue ahí donde se prodigó en masajes, pero lo sorpresivo para mi, fue que me produjo un cierto grado de morbo y excitación sentir como rozaba las cercanías de mi ano.
Pasó esto, me volteé y comenzó a masajear mi cuerpo por delante, me relajé mucho, cerré mis ojos, casi con somnolencia, estaba muy relajado, hasta que siento que coge mi pene y con acetite comienza a acariciarlo, no tuve cómo decir que no, la verdad es que me gustaba lo que hacía, volví a cerrar mis ojos y me dejé llevar, continuó y de pronto siento sus labios sobre mi pene, su lengua lo recorre y me dice que no puedo negárselo, la verdad no pensaba hacerlo, lo chupo hasta que me hizo explotar. Fue una experiencia notable que no he podido olvidar.
Nunca más lo visité, tal vez por temos en cuanto a avanzar más allá.