Estimadas pupilas:
Pues si queridas, Los hombres son como los trapos de cocina que si te descuidas te los quita la vecina. Maravilloso y profundo proverbio que leí en la puerta de un lavabo.
Porque supongamos que habéis logrado lo más difícil, encontrar a un hombre interesado en las mujeres y sin rasgos de psicopatía. Por supuesto vosotras estáis más felices que unas castañuelas, porque ya no pasaréis nunca más por la vergüenza y el oprobio de tener que sentaros en la mesa de los niños en una boda.
Todo va sobre ruedas y de repente le contáis a vuestra amiga Celia, es que de verdad no soporto la obsesión con el futbol que tiene Antonio, los días que toca Champions league no podemos hacer nada más o Antonio quiere que me vaya con él de escalada y yo hija lo más alto que me he subido fue a una farola cuando se casó Letizia, pero eso fue por una causa justificadísima
En fin que le enseñáis todas vuestras cartas y de repente un día sin daros cuenta Celia está con vuestro chico gritando en el sofá penalti, penalti y vosotras que pensabais que la única acepción de esa palabra que conocía era la de un tipo de boda y lo peor es cuando le relata a vuestro Antonio lo aficionada que se ha vuelto a la escalada urbana.
El siguiente paso es cuando él os dice:
-Es que no te interesa nada de lo que me gusta, ¿por qué no te puedes parecer un poco a Celia?.
Y de eso a que la Celia de turno ocupe vuestro puesto y vosotras os volváis a sentar en la mesa de los niños hay un trecho muy muy corto.
Proverbio *No invites a tu vecina a tu cocina*
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