Quiero hacer la propuesta más obscena posible.
Tocarle con mi lenguaje.
Así. Tal cual. Reconstruir el camino desde aquí hasta sus fantasías. Extraviarme entre las sombras y los caprichos de sus deseos. Sobre todo, encontrar dejarle encontrarme, más bien- un cómplice. Una mujer para quien la curiosidad no pueda ser suprimida y para quien la pasión sea cotidiana.
Es difícil tomarse con seriedad algo en redes sociales, lo entiendo. Pero la intención y la voluntad están por delante; la pasión, el morbo y la insaciabilidad también.
Navego entre los límites del espectro, supongo. Si a estas alturas te interesa descubrir el anverso del caballero, estás invitadísima a compartirnos en igualdad de condiciones.
Sabes dónde encontrarme.