Lo que sucede es que ya no lo quieres, o no le has expresado que no te satisface, o no has hecho un esfuerzo para dejar de pensar que tu propio placer depende de él.
Por consiguiente:
a) Déjalo antes de hacerle daño y luego podrás relacionarte con quien quieras con la frente en alto, sin traición o mentiras involucradas;
b) Habla con él y exprésale claramente lo que te sucede. Dile lo que te gusta, lo que no te gusta, lo que te gustaría y acepten intentar con un(a) terapeuta de ser necesario para conseguir consejos y fortalecer la relación junto a tu satisfacción, ó;
c) Aprende a hacerte responsable de tu propio placer mientras intimas. Ayúdate tú misma con tus manos o con juguetes.