Prueba esto otro
Pues sí, Carla. Mejor ir directos y dejarse de jugar a Tarzán. Le mandas un SMS al salir de la oficina: "oye, vete lavando el ... que voy p'allá como un Victorino". Total que llegas empalmado a tope, a punto de reventar el pantalón del traje. La agarras por debajo y la desgarras las bragas ya húmedas, de manera que ya está a cien por hora. La penetras con violencia, por detrás, contra el lavabo, la pila, el sofá, o donde sea, hasta que ella no pueda más y haya gemio y llorado de placer. Así, todos los días, con ella y sólo con ella. Si es fuera de casa, lo ideal son los probadores de señoras, y el climax será cuando la dependienta se asome y pregunte: ¿qué, le entra?