Como pájaros cantando, leía tus palabras.
Como la caricia de una madre, sentía tu consuelo.
Dulce como el caramelo, me parecías en la distancia.
Hace mucho que no oigo el canto de los pájaros.
Hace tiempo que no necesito de tu consuelo.
Y no recuerdo la última vez que saboree el caramelo.
Pero te recuerdo como una buena amiga, llena de cosas buenas que regalar.
Espero que me recuérdes con el mismo aprecio con el que yo te recuerdo a tí.
Un abrazo y suerte.