Siempre fui una chica sexualmente muy activa, aunque no tenía pareja.
A los 20 conocí a mi novio, y estuvimos juntos 4 años. Durante ese tiempo teníamos sexo prácticamente a diario y varias veces, los dos éramos muy fogosos y a la mínima saltaba la chispa.
La relación acabó porque me fue infiel, se lió con una compañera de trabajo en una fiesta de empresa. Sólo fueron un par de besos pero a mí se me vino el mundo encima. Él dejó su trabajo para demostrarme que yo era lo más importante y que no quería volver a verla, pero yo no le perdoné y seguimos nuestros caminos.
Estuvimos dos años separados, en los que yo no me acosté con nadie. Hasta que nos reecontramos en una fiesta y nos liamos. Retomamos el contacto y más alante, la relación.
Quiero a mi novio. Estamos empezando de cero pero ahora la relación no tiene nada que ver con lo que fue, yo no siento deseos por acostarme con él.
Creo que me he acostumbrado a no tener sexo y mi cuerpo ya no lo necesita. Nunca lo busco, y cuando él lo hace, a veces me excita y acabamos en la cama, disfrutando ambos. Pero eso sólo ocurre una o dos veces por semana.
Él se masturba mucho porque no está satisfecho, necesita más. Dice que no le importa tocarse y que tampoco le importa tener que buscarme él siempre, pero yo echo de menos tomar esa iniciativa y simplemente no me nace porque nunca tengo ganas.