¡¡Haz el amor y no la guerra!! ¿Y porque no hacer las dos cosas a la vez?, Te casas y ya esta. ¡Sí señores! El matrimonio es como la guerra, sólo que duermes con el enemigo.
La verdad es que desde el principio ya el propio cura nos incita a la lucha. El tío va y te suelta el sermón: el matrimonio es la unión de dos personas en un solo ser, y ¡ahí el problema! ¿Cuál de los dos sobrevive? ¿el hombre o la mujer?. Además, al cura, habría que decirle que lo de la fusión de dos en uno es precioso y muy tierno, pero que el matrimonio mas que unión es intercambio... intercambio de mal humor por la mañana y de malos olores por la noche.
El primer conflicto lo encuentras al buscar la candidata. Ninguna de las que llevas a casa le gustan a tu madre, ¿qué es lo que haces? Pues buscas una mujer que sea igual que tu madre y ¿entonces?, Pues esta no le gusta a tu padre.
Pero tú la encuentras. Es la mujer perfecta y ¡ a tus padres les gusta!, Sorprendente.
¡Pues no!, La verdad es que crees que la conoces, pero ¡noooo!, que aquí pasa como en esos países de Asia. Hasta que no te casas, no conoces a la novia.
¿Y tus padres? ¿De verdad le gusta? ¡Pues tampoco! Pero ya tienes 35 años y están hasta los huevos de que vacíes la nevera y dejes tu ropa sucia por todas partes. Así que para ellos tampoco es la buena. Pero:¡por favor! Llévatelo ya.
Vamos que te engañan y tu té casas.
¡Todos a las armas! Comienza el amor.
En la misma noche de bodas ellas ya comienzan con el bombardeo. psicológico. Esta es una noche que al hombre nos preocupa mucho. Es como la selectividad, nuestro futuro depende de la nota que saquemos en el examen.
Dos semanas antes, le prohibes a los cinco que ataquen al gusanito, ese gusano ya tiene manzana. Vamos ni te lavas.
Esa noche eres un hombre-bomba. Estas apunto de estallar (hay casos de gente que le ha llegado a estallar el gusanito, que más que gusanito ya parecía oso-hormiguero) y vas y estallas, explotas, derrochas imaginacion, placer y.... bueno ¡cumples!.
A la mañana siguiente llega tu nota:
-Cariño, ¿haces café?. O eso ¿tampoco sabes hacerlo?.
Total, la primera noche y ya estas contra las cuerdas.
Pero la vida en común continua y ellas aprovechan cualquier oportunidad para seguir su guerra de guerrillas. Por ejemplo; tu quieres consumar el matrimonio ¡ya estas harto de seducirte a ti mismo! Pero a ella siempre le duele la cabeza. ¡Vale! ¿Tu que haces?.
Te vas a la cama con dos aspirinas. Ella te pregunta:
- ¿Te duele la cabeza?
- No. Son para ti reina.
- Pero si no me duele la cabeza.
- ¡Ajaaaaa!
Esa noche eres tu quien gana la batalla y conquistas el frondoso valle.
Claro que esa táctica debes de ponerla en marcha una noche que no se ponga lo que ellas llaman cremas para las arrugas, pero nos os dejéis engañar (otra vez) son pinturas de guerra.
Pero bueno, los años van pasando, que por cierto, el secreto para que un matrimonio sea feliz muchos años es saber perdonarse... perdonarse el haberse casado.
Pero como decía, después de unos años lo conveniente es medir las fuerzas del enemigo. Yo para esto, recomiendo el test de las tres preguntas, esto es:
- Cariño ¿eres mi vida?.
- Soy tu vida
- Cariño ¿eres mi corazón?
- Soy tu corazón
- Cariño ¿eres miope?
Si te contesta:
- Si, soy tu ope
El enemigo esta como él ejercito rojo: vencido y desarmado.
Pero si la respuesta es:
- ¡TU PADRE!
El que esta como el rojo eres tú y más te vale arreglerlo y no con el gusanito. Ellas quieren mas y más. ¡Ellas quieren regalos!.
Pero... pensándolo bien, si has llegado a esta situación es porque en el test la cagastes. ¡Ah no!. Entonces utiliza los regalos para el contraataque. Por ejemplo, si te comenta como el que no quiere la cosa:
- El vecino le compro a su mujer un abrigo de bison y un Mercedes. Como el abrigo no le gusto, fue en su Mercedes a devolverlo.
¿Qué haces tu?. Pues vas y le compras un tostador usado y un consolador. Por si no le gusta el tostador que se joda.
O si te pide una alfombra, ¡qué va, bonita! Tu como tu madre, a volar en escoba.
La cosa es ir igualando las fuerzas. Porque si no, se suele acabar en divorcio.
Definición del divorcio: acto de contratar unos abogados para animar las peleas matrimoniales que ya se han vuelto aburridas.
Yo este paso no se lo recomiendo a los hombres porque con él, quien gana son ellas. ¡SÍ! Viven sin ti pero con tu dinero. Total, que te divorcias y lo único que consigues es que la felicidad te cuesta el doble. O el triple, porque si la ex se echa novio ¿a ver quien lo mantiene? Aunque pensadolo mejor, el idiota se tiene ganada la pensión.
Pero para no darle un disgusto al cura, tus padres, a los cinco ni a tu cartera, lo mejor es salvar el matrimonio. Y para esto, recomiendo el salir tres veces a la semana a cenar, pegarse unos bailes y hacer el amor, por ejemplo, ella puede salir lunes, miércoles y viernes. Y el, martes, jueves y sábado. ¿El domingo? Para visitar al cura y a tus padres.
Si a pesar de todo esto, seguís deseando que vuestra vida conyugal se parezca a Love story, lo único que se me ocurre es que dirijáis vuestra mirada hacia el mundo del automóvil. El debe ser como un Ford del 78: Un coche con mayor empuje, el eje mas largo, más resistente, que dura mas sin aflojarse y no pierde aceite por el diferencial.
Ellas, por su parte, deben ser como una camioneta Jeep del 90: lubricación perfecta, tiene mayor compresión, no se recalienta, es mas cómoda en su interior, ruge cuando se le mete la marcha, su escape es silencioso y además trabaja con las dos tracciones.
Pero ante todo, hombres del mundo, recordar:
Un soltero es un animal incompleto
Y el casado es un completo animal.
Lo he encontrado por ahí. Es bueno ¿no?
