Estaba esperando para que me mirase una muela q tengo rota la dentista, y apenas había sitio en la sala de espera, q estaba llena. Me tuve que sentar en un huequecito en un sofá que me ofreció una chica con su madre, que tendría 15 años calculo yo. Era tan guapita...
El caso es que mientras leía una revista, no pude sino estremecerme al notar la piel del brazo de la niña contra mi piel. Sentí que necesito tanto una chica con esa piel tan suave para abrazarme a ella, que casi me pongo a llorar, los ojos se me humedecieron, y me sentí un desdichado.
Lo cierto es que puedo haber cometido mil y un errores, pero tampoco creo ser tan poca cosa como para no poder tener una niña guapita a mi lado.