És largo... pero agradeceré cualquier consejo

Nunca antes he escrito en foros, no suelo hablar de mi misma con nadie, todo lo que quiero quitarme de encima lo escribo en un word y acaba siendo uno de tantos perdido por el Pc.

Esta vez escribo aquí por que necesito una respuesta, supongo que espero encontrar una voz amiga que sepa empatizar conmigo, una anécdota parecida, unos sentimientos similares Cualquier cosa.

Lo siento si es un poco largo, no sé expresarme de otra manera menos literaria... Bueno alla va...




Me persiguen muchos fantasmas, sé que soy yo quién los alimenta, pero empiezo a tener dudas de saber en cómo dejarles marchar, o si quiera si quiero hacerlo. En realidad es cómodo cargar con tus desdichas, fácilmente tienen la culpa de todo. De que hoy no me sienta guapa, de que no encaje con nadie, de que no me concentre en lo importante. Pero detrás de todas esas mantas, estoy yo. Yo hice mis desdichas, me hice desdichada y soy yo quién las lleva como complemento a diario.

Hace unos días, concretamente ayer, me dio por pensar sobre mi miserable vida sexual.

Nunca he tenido un orgasmo fuera de mis manos.

¿Triste? Sí, lo sé. Aunque no me siento así, sino frustrada. Escucho conversaciones, leo libros, revistas Todo el mundo disfruta del sexo, se apasiona, lo vive. A mi me aburre, ¿Por qué?.
¿Qué no me han dado lo mio? Respuesta fácil, y sí, podría tenerlo en cuenta aunque no creo que sea lo acertado.

Durante mucho tiempo estuve pensado el por qué no me sentía atraída por un hombre cuándo estábamos a solas. ¿Quizás sea homosexual? Pensé, pero me sucede lo mismo con el sexo opuesto. Practicar sexo con alguien se convierte en un ejercicio perezoso. Seré rara.

Pensé en mi primera vez. Tenía 16 años escasos cuando me fije por un chico de 21. Era guapo, simpático, gracioso por sus raíces andaluzas, muy amigo de sus amigos, caballeroso con todas las chicas lo cuál hacía que se volvieran locas, y se había fijado en mi. Pensé en que era un capricho como cualquier otro que pudiera tener, pero conmigo solo hablaba.

Sabía que era virgen y que mi educación en un colegio religioso me hacía sentir cierto pudor por la obscenidad del sexo. Siempre había sido una niña cariñosa y risueña pero con los pies en la tierra y no quería que me sedujera sino era a mi manera.
Pasó largas noches conmigo, escapando de discotecas para encontrarme en mi portal, hablar, y dejarme dormir al cierre de la fiesta en busca de los amigos que había dejado colgados. Pese a su descontento con la edad, empezó a venir a buscarme a la salida del instituto sin importarte que le vieran. Hablábamos, y mucho.
Acabó seduciéndome. Lo hizo hasta el punto de que no me hizo falta una promesa para entregarle lo que llevaba tiempo guardando con tanta castidad.

Lo hice. En un coche aparcado en el aparcamiento de un cementerio. No hubo muchos besos, ni abrazos, pensé en que estaba nervioso porque no quería hacerme daño. No hubo preliminares, no me tocó. Se puso el condón e intentó embestirme un par o tres de veces pero sonó su teléfono, se puso a hablar con un amigo y ahí acabó todo.
No me di cuenta de la frialdad del momento hasta este instante, me recuerdo desnuda, viendo la sangre en su condón y siendo rechazada en pleno acto por un teléfono.

Desde ese día no volví a saber nada de él. Ni una llamada, ni un mensaje. Ni apareció por el instituto, ni mi casa. Nada.

Pasaron dos años y pico antes de que otro hombre pudiera tocarme.

No siento recelo. Ahora mismo me es indiferente. Lo mismo que siento hacia el sexo, indiferencia.

Los posteriores chicos que me llevé a la cama me atraían, y me querían. Me aseguraba de eso antes de meterme en su cama. Me daba igual que no me llamaran, solo quería que en ese momento estuvieran por mi.

Pero jamás tuve un orgasmo. Ni con la mayor insistencia y perseverancia llegué a tener un orgasmo. Podría ser más o menos divertido según la situación, el lugar Pero no alcancé el clímax con ninguno de mis ligues, ni con ninguno de mis novios. Frustrante, ¿no?

Sé que la primera experiencia sexual te marca y entiendo que me cueste abrirme a hombres por miedo a sentirme otra vez ultrajada y sucia. Pero estoy abierta a todo. No entiendo por qué no puedo disfrutar del sexo, ¿Es un castigo que se me ha impuesto? ¿Me lo he impuesto yo?
Sé que a cualquier pregunta la respuesta siempre recae hacia uno mismo, es decir, sí, será un castigo que me he impuesto por permitir que un desgraciado me desvirgara y que eso me afectara tanto. Pero estoy dispuesta a evolucionar, ¿Por qué no lo hace mi cuerpo conmigo?

Sé que es algo que se esconde en mi cabeza. No importan los juguetitos, las posturas, el rol que elijas, la mente lo controla todo me dicen. Entonces, ¿Necesito ayuda profesional? Algo que me permite salir de esa especie de burbuja que me ampara hacia el sexo y no me deja alcanzarlo. ¿Por qué conmigo misma si puedo y no puedo ser capaz de disfrutar con alguien más? ¿Por qué me entorpece el sueño pensar en dar placer a alguien? Si le quieres, deberías buscar complacerle, ¿no? ¿Acaso veo en todos al desgraciado- que-me-desvirgó y me permito el lujo de joderme el polvo para no darle esa satisfacción? ¿Es alguien capaz de ser tan masoca?


No lo sé, no lo entiendo, me siento como si me enseñaran a nadar y fuera cada día un par de horas a practicar y no hubiera manera de que aprendiera. Como si tuviera una tara permanente.

Si has leído hasta aquí, lo agradezco. Por lo general me he fijado que en los foros no se estila escribir tanto... Cualquier experiencia, solución... lo agradeceré de verdad.

Este asunto hace sentirme tremendamente sola.