Pero sola.
Todo comenzó en Octubre. Un nuevo máster y un chico. Empezó a tontear conmigo desde la primera semana. Como todo tonteo, él era especialmente encantador, atento, me llamaba por teléfono, qué que haces, que vente a ver una peli, ¿en serio? ¡a mí también me encanta esa película!
El no llevaba en la capital casi nada de tiempo, así que decía que me llamaba tanto porque tenía mucho tiempo libre.
Al fin fui a su casa a ver una película, y a hacer todas esas cosas que haces cuando vas a ver una película.
Increíble. Es lo único que puedo decir de esa noche.
Entre beso y beso le dije que no se tomara nada de esto en serio, que era un secreto, que quedáramos como follamigos, pero que nada serio. Él dijo que sí a todo.
Nos fuimos conociendo, empezamos a trabajar en proyectos juntos. Pasaba más tiempo con él que con mi almohada.
Podíamos hablar de cualquier cosa, era una relación abierta y por supuesto, no somos nada celosos. En principio.
Aún lo llevábamos en secreto, y a mí me empezaba a gustar un poquito más cada día.
Pero las normas estaban claras.
Podíamos ... pero al día siguiente nada. Las cosas se empezaron a torcer. Cuando yo quería, él no; cuando él quería, ... de mí, yo también.
Nos llevábamos realmente bien. Además, el hecho de que fuera secreto nos permitía hacer comentarios que nadie entendía. Éramos cómplices.
Le conté que había tenido un lío cuando nos conocimos, que ya se había acabado. Aunque no quiera admitirlo, se enfadó. Intentó averiguar quién era, me hizo llorar hasta casi averiguarlo. Me pidió perdón. Todo volvió a ser normal.
Cuando salíamos de fiesta, si hablaba con algún tío, él se ponía a tirarle hasta las puertas. Yo no sabía que hacer, más que aparentar indiferencia, nadie lo sabía, así que nada pasaba.
Tuvimos nuestra primera conversación "seria" después de un polvazo. Que si me enamoraba tendríamos que dejar de ... Le dije que no estaba enamorada, que en tal caso, prefería ser su amiga, aunque me gustaba más el pack completo.
Él dijo que también, pero que no podía pedirle que me hiciera caso todo el rato, porque no era su novio. Le dije que le pido atención a mis amigos, si es que quieren ser llamados así.
Total, seguimos viéndonos. Casi siempre le llamaba yo, teníamos peleas tontas en la escuela, pero en general nos llevábamos muy bien.
De repente dejó de cogerme el teléfono. Le pregunté. Es que no se enteraba. Un día sí, otro no. Si el quería me tenía como una perrita pegada a su pierna. Si yo quería, no tenía nada.
Llegó la Navidad. Prometí no llamarle en todas las vacaciones, para no agobiarle, para olvidarme un poco. Pero era tarde. Me gustaba. Me gusta.
Empezamos el nuevo trimestre, el ya no estaba en mi clase, ya no trabajaríamos juntos. Le echaba muchísimo de menos. Él casi no me hablaba, quizás porque yo tampoco me atrevía a hablarle.
En la escuela se corrió el rumor de que a mí me molaba él.
Le dije que quería hablar con él, que estaba triste, que le echaba e menos. Él no soporta que le diga que tenemos que hablar, según él no hay nada de lo que hablar. Así que salimos de fiesta. Y hablamos. Borrachos, pero hablamos.
Acabamos en su casa, en su cama, un amigo en el sofá lo escuchó todo. Al día siguiente ya lo sabían TODOS.
Dijo que se acabó. Que mejor fuéramos solo amigos, que esto se estaba complicando, que yo me estaba enamorando. Le dije que vale, que me daba igual que no nos acostáramos, pero que fuéramos amigos. "los mejores amigos" recitó. Dijo que no quería nada serio con nadie, que lo había pasado mal, y que no iba a enamorarse, que yo seguramente sí, y que no quería quedar como un ... Le dije que la vida tiene flow, que las cosas van pasando, pero para que pasen tienes que dejarlas ser. Que no importa que sea mañana, que no quiero ser su novia, maldito eufemismo.
Tiene miedo. Es lo único de lo que estoy segura. Tiene miedo y yo no sé que hacer. Que dice que es como que es dos personas, y que creía que yo también. Le dije que soy una, siempre la misma. Dijo que esperara a que habláramos por el día, que ahí sería completamente sincero. Lo que parecía una romántica promesa de amor, no fue más que una necia estratagema para callarme la boca.
Seguimos hablando, cada vez nos vemos menos, pero sigue enfadándose si soy demasiado "simpática" con alguien.
Y yo me muero cuando le veo con su nueva compañerita de proyectos. O me muero o la mato mentalmente. Indiferencia cero.
Y estamos a día de hoy. No le quiero. Es cierto, me gusta, pero no le quiero. Es sólo que le echo de menos. No sé si debería decírselo.
Ya no somos amigos, o lo que yo creo que es un amigo. Ya no follamos. Ha incumplido su parte del trato, no puedo contar con él para nada y estoy cansada de llorar.
Las opciones? hablar con él, explotar y rehacerme. Si es un punto final, que lo sea, odio las medias tintas.
Pasar toda esta ... pena en silencio, y esperar que el tiempo lo cure. Que lo cura, que yo lo sé.
O what?