Una cosa es ser libre y disfrutar tu sexualidad a tu antojo y conveniencia, otra muy distinta entrar a aquellos estigmas sociales en donde traicionas la confianza de alguien, en este caso de tu pareja, hace poco conocía a un cliente de mi empresa, rápido tuvimos química en el proyecto que trabajábamos, a los meses volví a saber de el cuando me mando un mensaje saludándome, cosa que vi de lo mas inocente, pronto nuestras platicas se dirigían a vernos, y a la atracción que el sentía por mi, por un momento pensé en deja de contestar sus mensajes, pues sabía que era casado, pero había algo en el que me volvía loca, así que accedí a verlo un día solo por un café, la tensión sexual era tanta que logre notar en él una ligera erección a través de su pantalón, y cada vez que él acercaba su mano para tocarme el brazo yo mojaba mi ropa interior, la noche no pasó de mucha pasión silenciosa y contenida, no paso mucho tiempo cuando volvimos a vernos, y en esta ocasión no pudimos contenernos, tomamos algunas copas, reímos y pronto estaba mordiendo suavemente su oreja, mientras el me sostenía de la cintura y me pegaba a su cuerpo, no aguantamos más, y nos fuimos a un hotel cerca, y ahí empezó todo el desenfrene, abrimos la puerta de golpe mientras nos besábamos apasionadamente, me quitó la blusa y el sostén y empezó a besarme el cuello, bajo a mis hombros y luego a mis senos, los lamia con la punta de su lengua hasta que se pusieron erectos de placer, después me tomó por la cintura y me aventó a la cama, me arranco los pantalones y se quitó los suyos, se acercó a mi como un animal acechando su presa hambriento de carne y sangre, comenzó a besarme el vientre, y luego paso a mi vagina, con su lengua acariciaba duro mi clítoris haciéndome gritar, mientras que con su dedo medio lo metía y sacaba de mi orificio, moría por tenerlo dentro de mí, de repente paró bruscamente, se quitó la camisa dejando al descubierto su pecho velludo, me tomo de la cabeza y puso su pene en mi boca, se lo mame con tanta energía que su pende se encendió al grado de punzar de placer a punto de correrse me quitó, me tomó de la cintura y me puso de perrito, sin previo aviso metio su verga en mi vagina y sentí como recorria toda mi cavidad, cerre los ojos y exhalé junto a un gemido de placer me volvía loca, el empezó a penetrarme una y otra vez me dio un par de nalgadas y me halaba el cabello, yo gritaba y gemía de placer, sin sacar su pene de mi me tomo de los brazos y pegó mi espalda a su pecho mientas seguía penetrándome sin parar, con sus manos comenzó a masajear mis pechos, no quería que parara, me lamía la oreja y hacía que todos mis vellos se erizaran.
Profin sacó su pene de mi y se acostó en la cama, me monté a el introduje lentamente su pene en mi vagina y el comenzó a moverse mientras veía mi cuerpo frente a el con mis senos descubiertos chocando uno con el otro mi cara desencajada de placer me acerque a el y puse mi pecho sobre el suyo, escuchaba su respiración en mi oído mientras el me penetraba con su deliciosa verga una y otra vez, de repente metió uno de sus dedos en mi ano, mientras que con su otra mano me sostenía fuerte para que no me sacara, sentí un dolor placentero primero no quería después le pedía más, lo hicimos durante casi 3 horas hasta que mientras me tenia de lado metiendo su pene una y otra vez apretó mi brazo con su mano, y empezó como ametralladora a golpear mi vagina con su pene, yo gritaba que parecía que me dolía, pero era de puro placer, el seguí penetrándome una y otra vez, mientras explotábamos juntos de placer, sacó su pene aún escupiendo semen me voltee rápido y trió sus jugos en mi cara mientras yo me masturbaba para termina de correrme, la noche después de eso fue tranquila, luego de esa vez no nos hemos vuelto a ver, pero cada vez que lo recuerdo es un excelente motivo para masturbarme
