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El mejor relato erótico para mujeres de la historia!!!!!

N
nassir_9542909
24/12/15 a las 1:18

Hola! Este es un relato erótico hecho y pensado para mujeres espero que les guste. Si quieren saltearse a la parte sexy lean desde donde hay un emoticon, pero les recomiendo leer el relato completo. Espero que les guste!



Esa fue la noche en la que cambiaría mi vida por completo. Simplemente... Sin palabras. Era la vida misma la sola comparación posible con tal magnitud de felicidad. Y si no me equivoco, sin duda lo que viví debe ser la máxima sensación alcanzable humanamente. Oh, sí. Lo que ustedes, mis amigas leerán hoy, es la historia de cómo conseguí la máxima expresión posible de placer.

Todo comenzó tan simple y extraño. Betty, mi amiga de la infancia a quien no había visto en semanas, se cruzó conmigo en la calle y la invité a tomar un café.
"Sole, no sabés, hace una semana fuí con el hipnotizador que se plantó en la cuidad esperando sentir algo distinto y lo que viví fué lo mejor que me pasó en la vida! Y todas las que conozco ya fueron y dicen lo mismo! Tenés que ir!!!"
"Dale, boluda , sabés que yo no hago esas cosas..."-dije, tímida como solía ser entonces. -"Sabes que no quiero hacer nada así. Solo quiero un novio que me ame y me haga sentir feliz"
Pero esto es increíble y único!! El te hipnotiza y te lleva al paraíso de las mujeres, en serio! Y la sensación es tan real, es el mejor hipnotizador sexual del mundo!!!!"
En realidad mejor les salteo la parte en la que me convenció (demoró una hora!!!) y quedamos en que las dos iríamos el miércoles que era el día que menos gente habría.
Lo extraño es que llegado el día, había una cola de una cuadra. 5 horas demoró en que pudiéramos entrar (con demasiadas veces que intenté escaparme, aunque gracias a mi ahora mejor amiga Betty no lo logré) y cuando entramos un hombre enmascarado me llevó a una sala donde había dos camas de masajes, donde nos pusimos Betty y yo desvestidas casi por completo, dejando nuestra ropa interior solamente.
"Betty, mas te vale que esto sea increíble como prometiste, sabes que soy virgen y no sé porque hago esto..."-le dije
"Mira, Sole, si esta no es la experiencia más gratificante de tu vida, te prometo que yo pago los 1000 dolares que sale".
1000 dólares? Pero que me va a coger Brad Pitt toda la noche???? Pero bueno, la garantía de que ella me pagaría si no era lo mejor de mi vida me hizo quedarme, además de la curiosidad de saber que tán increíble podía ser esto.
De repente entró el hombre enmascarado y nos dio un vaso con algo adentro. Lo tomé sin dudar y escuché como el hombre decía palabras raras mientras sentía que me desmayaba.

Abrí los ojos y ví un mundo fantástico. Era una isla, sin duda. Era tan parecida a Capri, como dos gotas de agua, pero con algo que la hacía difefrente... Ví hacia arriba y leí "Isla de Spexie".
Sin saber muy bien que era caminé hacia el Cartel y vi a Betty completamente desnuda. Estaba radiante de felicidad y me vino a abrazar para agradecerme por venir (lo que sentí raro porque soy heterosexual) y me dijo lo siguiente:
"Esta es una isla donde cumplís tus sueños y fantasías sexuales de la manera más perfecta posible. No importa si sabes qué querés o no, la isla interpreta lo que deseas y te da el mayor placer posible para cada momento sexual que vivas. Ves esas cabañas?"
Me señaló unas cabañas hermosas con rosas alrededor, a la orilla de la playa.
"Ese es tu primer lugar. No voy a decir más. Solo andá y me lo agradeces más tarde!"
Me despedí y me sorprendí temblando de miedo. Qué habría en la cabaña? Estaría a punto de experimentar el mayor placer posible como decían? De repente noté que también yo estaba desnuda. Completamente! Pero tome coraje y decidí seguir con el juego. Al fin y al cabo, era todo una alucinación no? Oh, pero se sentía tan real! Era real?
Sumergida en mis pensamientos llegue a la cabaña y la puerta se abrió sola. Sinceramente no sabía qué esperar. Pero me relajé y entré.
Estaba oscuro, pero seguí caminando en dirección a una vela encendida al final. Al llegar, una voz masculina dijo "No tengas miedo" sin efecto, porque lo primero que hice fue cubrirme con mis manos mis senos y mi vagina. Sorprendida quede al ver que ahora estaba en ropa interior! Era embarazoso, si, pero no como antes igual. La voz masculina se acerco diciéndome que no temiera y vi a la representación más erótica de la humanidad en su forma masculina. Era un ángel. Un ángel de... sexo? Eso sería raro, no?
"Tranquila"-me dijo con una sonrisa. "Soy lo que se llama el hombre de tus sueños. Y he venido para satisfacer todos tus deseos y darte el mayor placer que tu cuerpo puede sentir. Sólo acostate y disfruta."
Su cabello largo y negro y sus ojos marrones no eran quizás lo que la mayoría de las mujeres preferían, pero de ese modo entendí que estaba en mi paraíso personal. Todo sería como yo lo quisiera! El hombre que tenía en frente era exactamente como yo lo consideraba y soñaba perfecto. Tal vez debido al chico que más me ha gustado, no lo sé. En fin, sus músculos fornidos que demarcaban su sensual cuerpo me enloquecía. Y en ese momento dejé de ser la Soledad tímida para someterme enteramente a aquella que sería mi propia fantasía.
"Veo que te has dado cuenta. Sí, estoy en tu mente. Y es por eso que este va a ser un dia tan especial para vos, Sole"-dijo sonriendo. Yo ya sabía su nombre. Internamente, de algún modo. Por ello no lo tuve que mencionar. Era mi hombre perfecto y aunque nunca lo soñé realmente, sabía cada detalle sobre él y lo amaba profundamente, como a mí misma.
Entonces estaba lista para lo que había venido a recibir. Con una sonrisa me acosté en la gran cama del centro de la oscura habitación iluminada solo por velas que arrojaban una fragancia exquisitamente sensual y dije "Comencemos". Ahora, si me disculpan tengo una cama que ocupar, asi que sólo dejaré que el narrador les cuente que es lo que ocurrió.



Santiago se acercó Soledad con su dulce sonrisa, se colocó sobre ella piernas a sin tocarla y la miró fijamente a los ojos sonriendo. Su sensación de completitud estaba alcanzada, sus ojos la cautivaban en la expectativa de saber que estaba a punto de recibir lo que siempre soñó.
"Soy virgen, Santi"-dijo, con el toque de timidez que todavía permanecía en ella, a punto de disiparse.
"Lo sé"-dijo el hombre. "Pero no te preocupes que solo sentirás placer. Felicidad y placer. "Sos la chica más especial de la tierra"-continuó. -"Y el hecho de que estés aquí para regalarme tu virginidad solo me hace feliz. Te amo, Soledad"
Y dicho esto se acercó lentamente a su boca y dio un beso donde nunca otro hombre había colocado sus labios antes. Tierna y dulcemente, el beso e percibía de amor verdadero, y la magia se sentía en el aire perfumado. Poco después, sin despegar sus labios, Santiago lentamente acerco su lengua a Sole, pidiendo permiso para entrar. Soledad feliz de recibir al hombre que amaba, dejó entrar los labios de su amado. Soledad estaba besando por primera vez, pero su beso era de la calidad del de una experta. Poco a poco los dos sintieron un destello dentro de sus cuerpos que les pedía intensificar el beso, besando cada vez más fuerte y a la vez agitando la respiración. La intensidad seguía aumentando hasta que a Sole se le escapó un pequeño gemido.
Instantáneamente Santiago despegó sus labios y tomándola suavemente de la cabeza la miró firmemente a sus ojos. El deseo se percibía y ambos sabían del placer que iban a sentir. Acarició el rostro de soledad suavemente como el gran amante que era sin despegar su mirada y sonrisa de Soledad. Todo rastro de timidez y miedo se había perdido ya para pasar a una atmósfera de amor y deseo.
Los dedos de Santiago se deslizaron lentamente hacia el cabello de Soledad, en una caricia firme y dulce a la vez, rasgando el cuero cabelludo de la mujer intensificándole el sentimiento de los nervios de su cabeza, movilizando la circulación y activándole los sentidos. Mientras los dedos se movían por el cabello de Sole cerraba los ojos para besarla en los labios, mejillas, frente apretando sus pectorales contra los senos de Soledad en una sensación adictivamente placentera que nunca había sentido antes Soledad, siendo ésta la primera vez que sentía el calor de un hombre. La presión la excitaba y sus pezones se endurecían.
Soledad no se había masturbado en meses, y su síndrome de abstinencia era enorme. Cada roce, cada toque o beso la elevaba al quinto paraíso y le aceleraba el corazón.
Pronto su hombre dejó los besos simples para acercarse a una zona mucho más erógena: El cuello. Besos húmedos pequeños, rozándole la piel casi haciéndole cosquillas la excitaban como nunca nada lo había hecho antes, y ocasionaron la vuelta de los gemidos. Gemidos leves al principio, pero que continuaron creciendo poco a poco. Su placer aumentaba, su vagina se humedecía y cada vez deseaba más a su hombre.
Del cuello pasó al pecho, a cada uno de sus dos pechos lamiendo suavemente los pezones para luego soplarlos, siendo estos ya duros como una roca. Los succionaba dándole mayor placer, y una pierna escurridiza se acercó a la tanga de Sole para estimular con meros roces su órgano sexual principal. pero ella ya estaba en estado de éxtasis.
Los gemidos de ella se hacían muy fuertes, por lo que su hombre pasó a su abdomen acariciándolo y haciéndole cosquillas, algo que le sacó a Sole una sonrisa y le hizo sentir más amor por su hombre. Pero ahora cada vez más deseaba otra cosa: Deseaba que la penetrara.
Con sus dientes el hombre tomó la ropa interior que cubría su zona más íntima y lentamente la bajo hasta sacársela por completo. El roce de la ropa interior la volvió loca de placer.
Santiago, lenta pero firmemente paso a besar la pelvis de Soledad, incluyendo sus pequeños vellos negros que la hacían la mujer que era. Su lengua estaba a punto de llegar a la línea prohibida, pero se detuvo justo antes.
Saltó la mayor zona erógena haciendo a Soledad estallar en deseo pero el continuó besando, ahora sus muslos, acariciando la parte interna de las rodillas de la hembra y besando sus muslos cada vez más calientes. Luego sus muslos internos. y cada vez su lengua y besos mas cerca de la vagina de soledad, pero caoó y le besó los pies, en simbolo de adoración.
"Méteme ya tu pene!!!"-Gritó desesperada Soledad. Pero su macho sabía que aquel momento llegaría oportunamente en poco tiempo.
Santiago se retiró por un segundo, acerco su cara a la vagina de Soledad, que al abrir sus piernas pasó de línea a belleza femenina, y vio como pulsaba en deseo. Soledad solo sentía desesperación por tener placer y lo que en ese momento la impulsaba era la fuerte respiración de su macho, quien miraba la vagina de la hembra como ella nunca lo había siquiera imaginado. La respiración de su hombre la intoxicaba. Miró hacia abajo un segundo y sus ojos se conectaron de nuevo. Santiago sonrió, y sin más sacó su lengua y lamió.
Una sola vez.
Esto ocasionó que todo el cuerpo de Soledad convulsionara en placer extremo por varios segundos, y la hizo sentir vida de nuevo.
En el momento justo el hombre comenzó a lamer de nuevo. Y de nuevo. Y el clítoris de Soledad se asomaba como nunca lo había hecho antes, deseosa de los besos de su machito, deseosa de darle su sabor a quien amaba, dejando algo de ella.
Santiago la lamía más y más, y usaba sus manos y dedos para ayudarse a darle placer. Pronto no hubo más que hacer y Soledad sintió cómo la velocidad de los movimientos de su macho la llevaban a un orgasmo extremo. El primer climax estaba a punto de venir, y su cuerpo se estremecía todo, hasta los dedos de los pies. De pronto el más potente orgasmo de su vida hasta entonces irrumpió su cuerpo llevándola a una eyaculación femenina extrema que llenó la boca del hombre que lo provocó. Un orgasmo realmente largo e intenso que la dejó completamente satisfecha, feliz y enamorada.
Pero sabía que eso no era todo. Santiago le acercó un vaso lleno de un líquido azul y se lo hizo beber. En cuestión de segundos, su inmensa satisfacción se volvió un torrente de deseo y excitación. Su cuerrpo se contorsionó y la hizo gritar una frase que no pensó que diría tan pronto:
"Quiero tu pene adentro mío AHORA!!!!"- Su agitación volvía y se sentía al borde del éxtasis placentero. Necesitaba que su hombre la penetrara y le diera todo loo que tenía adentro, y lo necesitaba en ese mismo momento. "Dame la toda y haceme tuya, soy toda tuya, haceme lo que quieras, reventame la vagina y llename de leche!!!" Su miedo a perder la virginidad se había disipado completamente al volver a su excitación máxima. "Dame tu pene ya!!!!"
Santiago no perdió tiempo y se quitó sus boxer revelando el pene más maravilloso que Soledad jamás había visto o imaginado. El tamaño perfecto en su cabeza. Nunca había visto algo tan hermoso. Quería besarlo, lamerlo, jugar con él hasta sacarle todo lo que tenía pero decidió optar por su propio placer y le gritó más fuerte que se lo metiera.
El hombre, buscando hacerla llegar hasta el extremo mayor del placer la tomó de las nalgas, las acarició firmemente de una manera muy sexual, le abrió las piernas y le frotó su miembro por la vagina, estimulando el clítoris y volviéndola loca.
De pronto se detuvo, excitándola por su ausencia. Soledad sabía que se venía el momento. Abrió los ojos hasta ahora cerrados por el placer, miró a su hombre y vió que él también la estaba mirando. Su rostro se le acercó lentamente, y a cinco centímetros del suyo movió sus labios para decir dos palabras.
"Te amo"
Y dicho esto la besó y la penetró con toda la longitud de su miembro.
Soledad lagrimeó pero no por el dolor, que no sentía en lo más mínimo, sino por el placer que jamás había sentido antes. Estaba tan excitada que no sintió dolor alguno, y sí un placer inigualable a todo lo que había sentido anteriormente. Estaba en el paraíso del placer sexual.
Su hombre movió su gran pene dentro de su ajustada vagina con movimientos primero lentos y tiernos que se fueron acrecentando para derivar en veloces movimientos de cadera que daban una gran cantidad de placer con cada golpe, creando un ritmo acelerado y constante. El placer y la excitación iban en aumento.
Soledad no podía más. Sabía que en cualquier momento tendría el orgasmo más fuerte de su vida y quería que fuera único. Toda su vida así lo deseó y así ocurriría. Estaba haciendo el amor con su hombre ideal a solas en el mejor lugar del universo. Era el momento más feliz de su vida. O más bien éste estaba a punto de llegar.
El glande de su hombre la estaba penetrando cada vez más fuerte y profundo agrandando y ahondando su vagina hasta hace poco virgen hasta un punto que era imposible llegar más hondo. Estaban chocando pelvis con pelvis. El pene de Santiago iba cada vez más rápido y ella hacía los movimientos que su cuerpo le ordenaba, del mismo modo en que su garganta emitía ya no gemidos sino gritos desesperados, agradecidos y de felicidad.
El momento había llegado. Para los dos. Santiago sentía como una enorme cantidad de fluido seminal se desplazaba por su miembro, y el semen golpeando a la puerta con fortísimos toques cada uno de ellos más placentero que el anterior. Aguantaron lo mas que pudieron y se dijeron entre sí que estaban cerca.
"Vamos a venirnos juntos!" -dijo Santiago.
"Te amo, Santiago" -dijo Soledad al borde del mayor placer de su vida
"Te amo, Soledad" -dijo su novio segundos antes de liberar dentro de su novia la mayor cantidad de semen que un macho de cualquier especie hubiese liberado jamás en toda la isla.
Y dicho esto, ambos llegaron a un orgasmo en el que se convulsionaron gran parte de los músculos de su cuerpo. Los músculos genitales de Santiago se contrajeron para liberar su semen en un orgasmo que le duró medio minuto. Los músculos vaginales de Soledad se contrajeron hasta apretar el pene de su novio y sacarle hasta la última gota de semen que este había generado en toda su vida. Y poco después, la vagina de Soledad estaba llena hasta el tope del semen de su novio, pero la mayor parte de este se había escurrido para mojar toda la cama y hasta se encontraba en el suelo. Sin duda, el mejor orgasmo de toda sus vidas.
Santiago alcanzó a decirle "Te amo" y darle un beso a su amada antes de que esta se desmayara por la intensidad de lo vivido.

Me levanté de la cama toda sudada y más satisfecha y feliz de lo que había estado en toda mi vida. Decidí que no solo iba a pagar mis 1000 dólares por la maravilla que sentí, pero los de Betty también. Y si hay algo de lo que estoy segura, es que voy a explorar este nuevo universo a fondo y descubrir todos los secretos que esconde.


Si les gustó mandenme un mensaje o un mail a spexie462@hotmail.com para charlar o lo que quieran, incluso acepto pedidos para relatos eróticos personalizados!

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