El ... de ana

Tengo un novio con el que lo hago siempre que puedo, pero reconozco que es ciertamente una especie de masturbación porque mis fantasías nunca van por ahí... jamás he tenido fantasías pensando en él, y de hecho cuando le tengo encima cierro los ojos y pienso que es el cuerpo de otro lo que se mueve sobre mí...
Pero no siempre.

Lo que verdaderamente me activa sexualmente es pensar en mujeres, nunca lo he hecho con una pero me encantaría... no sé realmente si es que soy algo lesbiana ni me preocupa tampoco saberlo, sé sin embargo el deseo que siento por el chochito de mi amiga Ana, con la que llevo más de 15 años de una demasiado casta amistad... ya cuando éramos adolescentes e ibamos juntas al baño de algún bar yo miraba de reojo su chochito, imaginaba su suavidad, su textura... lo único que alguna vez he podido hacer con ella es, en medio de una aglomeración de gente, aprovechar para tocar su costado rozando sus preciosas tetas, esas que me encantaría amasar, pellizquear, apretar y mamar... pienso ahora en esa idea y ya mi chochito empieza a contraerse, aprieto las piernas contra la silla, me mojo...

Hace dos semanas estuvimos juntas en una piscina y desde entonces no he podido dejar de masturbarme, recordando la forma de su chochito casi palpándose visiblemente bajo el bañador... qué cerca lo tuve aquella vez que la cogí por detrás jugando en el agua, por la cintura, y bajé con mis manos hasta su vientre, acariciando el lugar en que empezaba la parte de abajo de su bikini... ojalá supiera si su risa nerviosa fue de excitación, yo desde entonces... cada vez que puedo estar sola me tiendo en la cama con las piernas abiertas y flexionadas, me acaricio las piernas, subo por la cara interna de los muslos, aparto mi tanga y mientras, sigo soñando que ella y yo seguimos en el agua, rodeadas de gente pero nadie se da cuenta, y acaricio ese chochito que tanto deseo por encima de su bikini, y acaricio sus ingles y luego se lo bajo despacio y meto mi mano... mientras con la otra la agarro por la cintura, toco su barriga, sus muslos... la masturbo, y ella se deja hacer y disimula, y ríe, y abre las piernas para que yo acaricie sus labios mientras siente la presión de mis tetas contra su espalda... sueño con ella y froto mi ... con los dedos, y acaricio mi clítoris soñando el suyo, y acerco mis dedos a mi cara y los huelo soñando que huelen a su precioso ... y los lamo ávidamente, y no hay para mi nada más excitante que eso, recrear la ilusión de chupar su chochito...
No creo que nunca nadie haya deseado comerse esa conchita como yo lo deseo y, sinceramente, si alguien del mundo deseara el mío con esa intensidad, me dejaría chupar fuera quien fuera...

Sueño a menudo que una tarde voy a su casa, y está sola, y nos servimos unas copas, nos sentamos una junto a la otra y bebemos, y charlamos y sobre todo reímos... y que entre las risas sin darse cuenta de cómo, ha dejado poner mi mano sobre su pierna y acariciarla suavemente, y está cansada del día pero risueña y relajada, y cómoda... y sigue riendo echada ahora en el sofá, y yo le digo, relájate preciosa, voy a darte un masaje, has tenido un día duro, déjame hacer, te gustará... se tiende, está borracha y tan dócil como siempre la soñé, y ese ... es ahora mío. Está caliente, dejó sus tirantes caer hace un rato, sus pechos asoman suplicando que los mame, erizados, turgentes, chupo sus pezones, están duros, se mueve, levanta despacio su chochito hacia mí... está sola y borracha, separa sus piernas y yo levanto su vestido para acariciar sus muslos, es un vestido suelto, subo y toco su culito, tan duro, tan perfecto, mmmmmmm acaricio su ano, debe ser una parte muy sensible para ella porque profiere un breve gemido, serás guarra, pienso, te está gustando, Ana, deberíamos hacer esto a menudo preciosa... sólo tienes que dejarte tocar y chupar... tras tocar su culito estoy sobreexcitada, al acercarme a ella el olor de su ... ha empezado a ser demasiado intenso, bajo su tanga pero no se lo quito, me gusta verla así, con el tanga bajado, sé que le gusta pero siento que ahora puedo hacer con ella lo que desee, y ahora lo que deseo es... acerco mi boca, la acaricio con las manos y la abro despacio, y se lo beso apasionadamente, cuántos años, Ana, queriendo tu ... .. la penetro con mi lengua, la lamo, mientras le meto los dedos, ella está que arde, siento mi cabeza entre sus muslos, mmmmm qué placer, y ella se mueve al principio tímidamente pero ahora me agarra del pelo y dirige mi cabeza y mi boca así como ella desea que se lo coma todo, mmmmmm preciosa sólo tenías que decirme que lo deseabas... mi lengua se vuelve loca con su sabor y con la dulzura de su ... tan precioso y tan tierno...

Sueño entonces que llega su marido, ella sigue en su estado de embriaguez, disfrutando, yo veo que él nos ve, veo su cara de sorpresa pero no dice nada... y como nos deja seguir y yo no puedo parar, continúo, y ahora, para que ella no se corra tan rápido, juego despacio con mi lengua, la lamo, quiero que el estado de excitación dure lo más que sea posible... Ana gime, grita, su marido se toca por encima del pantalón, y de pronto le dice: eres una ... conmigo jamás has gritado así, pero ella hace como si no le escucha... él de desabrocha el pantalón y se acerca a mi por detrás, Ana está tumbada, yo a cuatro patas lamiéndola y haciéndola gritar, él se acerca y saca su miembro, no puedo creerlo pero tampoco puedo quejarme porque es justo lo que merezco ahora... él agarra mi culo con violencia, me pega unas cachetadas, y separo unos segundos mi boca del ... de Ana para gritar de placer... eso le excita, abre mi culo a pollonazos, me mueve violentamente, me encanta sentirme sodomizada, me derrito, me rindo... le ruego de rodillas, le suplico gimiendo que no se corra dentro... me la saca... entonces Ana y yo nos tiramos al suelo, temblando de excitación, y empezamos a lamérsela entre las dos, muy despacio, saboreando cada milímetro de su miembro, jugando a mezclar líquidos con nuestras lenguas cada vez que se encontraban, Ana y yo... nunca nos habíamos besado y es genial lamer su lengua mientras se la comemos a su marido... mientras nos tocamos la una a la otra, despacio, por primera vez me masturba... finalmente su marido su marido tiene una corrida descomunal en nuestras bocas y nosotras nos besamos apasionadamente, nos abrazamos y frotamos nuestros ... uno contra el otro...

Despierto de esta fantasía y veo a mi novio encima de mi, haciéndomelo con el cariño de todos los días, orgulloso de dominar la postura del misionero y sin sospechar que me he corrido pensando en el ... de Ana una vez más.