Después de una relación tóxica no sé quien soy (tema largo, pero que alguien lo lea por favor)

Mi historia comienza así: yo era una chica de 25 años, muy inocente, que vivía en mi burbuja donde todo era fácil y bonito. Prácticamente sin experiencias vividas debido a la sobreprotección de mis padres (por poneros un ejemplo, nunca me había emborrachado, ni acostado con un desconocido ni me habían roto el corazón). 

Para los que seais de España, yo vivía en un pueblecito de Castilla y León y conocí a un chico, bastante mayor que yo (tenía 34) de Catalunya. Por internet.

Todo fue muy rápido y más o menos a la semana ya éramos pareja. El chico era increíble: cariñoso, atento, detallista, me cuidaba un montón... accedí a estar con él porque me encantaba, me sentía muy ilusionada, pero también por miedo a que otra se me adelantase y perderlo.

Aquí hubo un primer detalle que en su momento incluso me gustó: él me dijo que iba en serio conmigo y que borraría a todas las chicas, incluso me mandó pruebas. Yo no me lo creía, ¡este chico me adoraba! Pero en realidad fue una táctica para instarme, de manera muy sutil, a hacer yo lo mismo: pues si él borraba a todas porque realmente me quería y quería darme tranquilidad, "estaba en deuda con él", y ya que por mi parte también era así... ¡tenía que demostrárselo!

Al cabo de un mes nos conocimos en persona. Vino a verme, conoció a mi familia... mis sentimientos se intensificaron cuando le tuve delante, todos en mi casa estaban la mar de contentos con él (incluso mi madre empezó a llamar a mi familia como loca para contárselo). La visita duró apenas 10h, y yo me quedé con ganas de más... al mes siguiente, me fui una semana a su casa, poco después 15 días... y terminé pasando un mes en su casa, un mes en la mía.

Durante el tiempo que pasaba en su casa, me trataba como una verdadera reina. Cuando estábamos distanciados, él me animaba a salir sola o con mis amigas, a ponerme ropa que me gustaba (y me hacía sentir sexy) pero que no me atrevía a usar... todas estas cosas me enamoraron más aún, ¡era lo contrario al típico hombre celoso y posesivo del que tantas historias se oyen! Pero... él me llamaba a todas horas alegando que me echaba de menos, y cuando yo salía no iba a ser la excepción (además era "tan simpático" que quería saludar a mis acompañantes... ¡claro! En realidad lo que quería era comprobar que no le estaba mintiendo, pero yo no me daba cuenta). 

Otro detalle que no supe ver, cuando estábamos en la distancia, era que me coaccionaba a mandarle fotos y vídeos explícitos. Si yo no lo hacía, él se enfadaba y me hacía sentir culpable por no cuidarle como pareja, por dejarle sin material para masturbarse cuando él "era un hombre y lo necesitaba", y me echaba en cara todo el esfuerzo que hacía al rechazar tener sexo con otras por esperarme... mientras yo no era capaz de hacerme una simple foto o un vídeo. Yo me sentía una egoísta y cedía... pero tal era el punto de control que cuando me negaba por estar con la menstruación, si ésta duraba más de la cuenta, ¡tenía que demostrarle que era cierto para que no se enfadase!

A los 6 meses llegó el momento de plantearnos vivir juntos (sí, todo iba muy rápido). Yo le propuse mudarnos a mi ciudad, ya que tenía a mi familia y amistades aquí y él estaba completamente solo en la suya. Él defendió que era mejor idea que me fuese yo para allá, porque ya teníamos casa (la suya, que habría podido poner en alquiler perfectamente pero no quiso) y además vivía cerca de una buena universidad. Yo por ese entonces quería estudiar biología y él me animaba. 

Finalmente me convenció y me mudé con él. Al principio siguió siendo ese chico ideal, pero poco a poco las cosas se fueron saliendo de madre...

- No me dejó trabajar. Yo pensé que era muy mono y que quería mimarme, pues así me lo enfocaba él, pero lo cierto es que no quería que fuese económicamente independiente.

- No me dejó estudiar biología. Él sabía que no podía arrebatarme la ilusión por la biología, así que su táctica fue convencerme de que era mucho mejor estudiar derecho... y cuando por fin dije "voy a estudiar derecho", le resultó muy fácil hacerme abandonar la idea de los estudios, puesto que derecho no me gustaba. Y ahí estaba yo, sin aspiraciones en la vida.

- Empezamos a salir de fiesta. Salimos un día para celebrar mi cumpleaños, siendo que yo era una chica sumamente casera... todavía no identifico cómo consiguió que me pareciese buena idea. Pero lo cierto es que ese sólo fue el principio... empecé a salir cada fin de semana (algún día entre semana caía también), empecé a fumar (tabaco y porros), empecé a beber... es algo que aún no sé cómo ocurrio, pero yo sentía que era decisión mía cuando jamás había sido así. Las mañanas de resaca, levantarnos a las 3 de la tarde... empezó a ser prácticamente mi día a día (él era bombero así que la mayor parte de la semana la tenía libre). Si yo no salía con él, se iba él solo... y me contaba la cantidad de chicas que le intentaban ligar. Empezó a crearme esa inseguridad y no me lo pensaba dos veces a la hora de irme de fiesta con él, para cuidar que ninguna se sobrepasase.

- Trabajo alternativo. Me propuso hacer un trabajo en casa, más por "hobby" que por dinero: ser pareja webcamer, tener sexo en directo. Yo me negué, pero empezó a convencerme... que si somos muy atractivos, que si le da mucho morbo, que no enseñaríamos la cara... acabé accediendo. Yo, que era "medio virgen" (había tenido sólo 3 relaciones sexuales antes de conocerle), y ahora me estaba mostrando por webcam...

La relación cada vez iba siendo más turbia... me obligaba a tener relaciones sin protección (yo no quería porque siempre terminaba con alguna infección, pero si no lo hacía él se enfadaba, me convencía que no era normal follar con preservativo con tu pareja), ya no me dejaba salir sola, cuando él se iba a trabajar me dejaba encerrada en casa (literal, cerraba la puerta de la calle con llave), me fue alejando de mis seres queridos, pasé a convertirme en algo así como su esclava (yo limpiaba, hacía la comida, me encargaba del cuidado de sus perros... mientras él en el sofá, etc. Incluso llegó a convencerme de la idea de ser padres y sentir ilusión por ello, cuando yo soy prácticamente una niña porque no he madurado aún y mi reloj biológico estaba lejos de sonar.

Yo no me daba cuenta, me lo hacía parecer tan normal... tenía una facilidad para hacerme sentir culpable y pedir perdón por cosas que no había hecho mal... me daba miedo decirle cualquier cosa, porque enseguida me tachaba de loca, manipuladora, controladora, amargada,... no podía expresar mi desacuerdo porque sino me acusaba de que "le estaba jodiendo el día", en plan víctima total, con su consiguiente pelea.

Abrí los ojos cuando me puso la mano encima. Fue entonces cuando me fui sin mirar atrás... y volví a casa de mis padres. Pero lo que siguió no fue tan fácil, él empezó a llamarme para volver, a amenazarme, insultarme, suplicarme... tuve muchas peleas en casa por querer volver con él, era como una addición después de todo. 

Han pasado 2 años desde el día que salí de su casa. Me costó muchísimo superarlo, porque aunque ya no estábamos juntos y yo era más consciente de todo lo que me hizo vivir (leí mucho sobre maltrato psicológico, psicópatas y demás... y lloraba, me sentía tan identificada), mi corazón seguía estando con él. Siento que me rompió por dentro, aunque hace mucho tiempo que dejé de pensar en él (rápidamente se cansó de buscarme y lo agradezco), no me provoca ningún sentimiento recordarlo... indiferencia.

Perdí mi personalidad, estaba vacía. Recuerdo hablar con mi mejor amiga y preguntarle "¿cómo era yo antes?, ¿"X" me parecía bien? ¿"Y" me gustaba?", porque no sabía quien era. Y tanto tiempo después, siento que me he reconstruido como otra persona completamente diferente a la inicial... aunque me cuesta mucho identificar si algo me gusta o no y dudo mucho de mis decisiones. Por poner un ejemplo, antes de conocer a este chico era deportista y vegetariana... ahora no. Entonces me pregunto ¿cuál es mi verdadera persona?, ¿la vegetariana deportista o la omnívora sedentaria? Lo cierto es que no me siento identificada con ninguna.