Dejarlo ir...

Quiero plasmar por aquí mi historia para poder liberarme un poco...

He salido hace poco de una relación muy complicada. Todos tenemos nuestra parte de responsabilidad en lo que vivimos, y quiero aprovechar esta experiencia como un aprendizaje que me impida caer dos veces en la misma piedra.

Empecé hace un año y medio una relación con un hombre al que conocí a través de Tinder. Ahí conocí a mi primera y última relación tóxica.

Todo empezó aparentemente bien. Él, un hombre de 28 años, mayor que yo, muy bromista, alegre, seductor... Yo muy feliz también por aquel momento, con alegría, salud y buen humor. Sentimos una gran conexión en poco tiempo y al mes, mes y pico empezamos a salir. Pero al poco empezaron las cosas raras. Él hablaba de su ex, y comentó que en su relación anterior, de 4 años, su pareja lo había dejado "sin saber qué pasaba" en varias ocasiones y que no la podía ni ver, etc etc. Ya vi yo que igual para él, un año no había sido suficiente para procesar todo el duelo, pero igualmente seguimos y no le di más importancia (total, ahora estaba conmigo y no con ella). La primera noche que lo hicimos, todo genial hasta que al terminar, me suelta este comentario: anda, pues tienes más pecho que Fulanita (su ex). Y ahí me quedo yo pensando: ¿Y a mí qué? ¿Qué hace pensando en ella tras hacerlo conmigo? (Por lo menos que se lo calle).

No le di mucha importancia porque estaba super enamorada, pero era un preludio de lo que iba a ser la relación: un despropósito.

Poco antes de salir me comentó que tenía una enfermedad (hipertiroidismo, que luego cambió a hipotiroidismo), y que eso le hacía estar muy cansado y que su anterior pareja no respetó nunca su enfermedad (enfermedad que ella también tenía, así que algo ahí no cuadraba). En fin, ahí empezó el aprovechamiento, porque ya lo habían regulado con medicación. Como él trabajaba por las mañanas (si a ver series y hacer algo de vez en cuando en su lugar de trabajo se le puede llamar trabajar), decía que al volver era indispensable que se echara una siesta para reponer fuerzas, y yo lo apoyé y no le puse pegas. Por aquel entonces ya mostraba signos de pasotismo, comodidad y racanería. Debido a eso, él siempre proponía quedar en su casa, que estaba en la capital, mientras que yo vivía en un pueblo de las afueras. Al estar yo estudiando y a la espera de entrar en un trabajo y un Máster, sólo tenía unos pocos ahorros que fui guardando de mi cumpleaños y lo que sobró de la beca de la carrera (unos 100 euros). Pues me gasté toooooooodo ese dinero en ir a verlo (cogiendo tren y tranvía ida y vuelta unos 3/4 días a la semana), y él no hacía el más mínimo intento de venir a verme (y ni en fin de semana!!). Cuando le decía de quedar en mi pueblo, ponía pegas. "Que iba aestar poco tiempo, que para eso fuese yo y me quedara a dormir...". Y cuando le proponía de dormir él en mi casa (yo vivía con mi madre y mi hermano), decía que no, aue tenía que levantarae una hora antes para ir a trabajar, y que iba a tener cansancio. Y cuando le decía que hablase con su compi de trabajo, que era de mi pueblo, para ir alguna vez en coche con ella, más pegas. Al fina, cuando me quedé sin un duro, le dije que teníamos que buscar alguna alternativa para poder seguir viéndonos: que viniera él algunas veces, o que hablara con su casera para coger un hueco en el cuartillo de bicis y así poder ahorrar el tema del tranvía (aprovechando el bono de tren que ya me compré, o que él me ayudara con los gastos porque estaba trabajando (la opción que menos me gusta porque odio depender de nadie). Él empezó a quejarse porque decía que no entendía aquello, que cómo me iba a quedar sin nada, que porqué no buscaba un trabajo a medio tiempo para tener más ahorros, que nunca con sus ex le pasó eso (pues leches, tendrían dinero para pagar el metro y estaban más cerca). Ya con la segunda comparativa con la ex, mala cosa (porque me sentí menos que ella al no poder ir como ella hacía sin problemas económicos). Después de muchas peleas y disgustos, la solución final fue que me compró un bono de 10 euros para el tranvía a regañadientes (Y con eso apuré el mes como pude). A todo esto, los compañeros de piso quejándose de que yo iba allí 3/4 días en semana, y había pegas por todos lados (encima que yo quería que me visitara él alguna vez...). Él echándome en cara que me defendía cuando me ceiticaban sus compañeros y se quejaban, y yo sintiéndome culpable por ello (cuando era tan simple como que él viniera a verme a mí 1-2 de esos días!). Pues bien, mi padre se enteró de que compré un bono de tren en el que me gasté los 100 euros de beca para ir a verlo y me echó un broncazo del 10 (y con razón!). Tampoco le podía pedir a mis padres nada para ir a verlo. Y ese día hablé con mi ex llorando por lo que había pasado, para contarle cómo me sentía. ¿Sabéis que pasó? Que el pobre tenía que irse a dormir la siesta y le importaba un comino! Dijo: después me cuentas, que no pasa nada (no, claro, a ti no, que estás cómodo y sin mover un dedo), que quiero dormir la siesta (y venía contando lo bien que lo había pasado viendo una serie en las horas muertas). Yo allí peleándome con mi familia por gastarme mis ahorros en verlo, y él pasando del tema. Cuando le dije que necesitaba hablar porque me sentía fatal, empezó a decirme que "yo no respetaba su enfermedad, que tenía que dormir o no es persona, que me esperara, que soy adulta...". En esa tesitura la cosa iba a peor. Las discusiones empezaron a volverse más feas, yo me sentía utilizada. Él era luego muy reservado para li que le interesaba, un rácano... Y encima me pedía a veces picos de dinero que no devolvía (y yo sin tener ingresos, perdiendo lo poquito que me quedaba). Entonces vino otro conflicto: me propuso tomar la anticonceptiva porque le resultaba más cómodo no usar condón. Yo me negué porque la tomé en su día y me dieron migrañas y deslumbramientos. Pues venga a insistir: "que probara otro modelo, que a lo mejor eso no era la pastilla, que conocía a alguien a quien le fue genial... (Adivinad quién era)". Al final salió a colación que su puñetera ex la tomaba y le iba de lujo, y yo me sentí menos, de nuevo. Al cabo de un mes, como no quería ser yo una incomodidad porque él con su ex tenía esa comodidad, me empecé a tomar la dichosa pastilla. Efectos secundarios a punta pala, por supuesto. Falta de deseo sexual absoluta, un apetitivo voraz, ganancia de peso, somnolencia general (y era el modelo más suave...). Y yo con miedo a dejar la pastilla porque él decía que esas cosas seguramente no eran de la pastilla, y yo no quería que se resintiera más el sexo porque a él no le gustaba el condón. Por supuesto, nunca debí haberla tomado, porque al año la acabé dejando.

En esta tesitura, a los 6 meses nos fuimos a vivir juntos. Él tenía mucha prisa porque estaba mal en su piso compartido y porque cuando le dije de esperar unos meses (ya me habían cogido en el trabajo), se enfadó y pensaba que yo no estaba comprometida con la relación. Pues volví a ceder para demostrarle que yo iba en serio. Ya había peleas muy feas, él ya en casa de su familia me llegó a poner en evidencia alguna vez (gritándome y acusándome de cosas delante de toda su familia por tonterías que él mismo había generado), y al enfadarme, empezamos a decirnos cosas y me quiso echar de su casa (la casa de sus padres estaba en un pueblo en otra provincia, no había autobuses y no teníamos coche). Al final mi familia se enteró y mi padre me recogió más adelante. Ya tood fue un drama y yo estaba decidida a cortar, viendo que era un tipo que no daba nada, y yo daba todo lo que podía. Al final nos dimos una oportunidad y yo decidí empezar a ir a terapia individual y de pareja, porque yo estaba anímicamente peor con cada mes de relación que pasaba, y él me solía culpar a mí de todo (y si no había hecho nada, buscaba cualquier excusa para darle la vuelta a la tortilla). Se quedó sin teabajo y empezó a demandar que yo pusiera más al mes para la casa, y quiso quedarse las ayudas al alquiler que hablamos que iban a ser de los dos (esto lo dice el tipo que se negaba a pagar el bono de 10 euros). Pero claro, él no iba a hacer más en la casa, porque para ser "amo de casa", él decía que lo mantuviera (yo haciendo trabajo, autoescuela, terapia y estando más tiempo fuera que en casa). Pero el pobre, que quería ahorrar por todos lados (pero luego se gastaba un dineral en mil juegos de mesa, llegando a pagar 300 euros de una tacada más de una vez), solo racaneaba, pedía que lo invitaran a comer, le pedía comida a la madre cuando íbamos a su casa y le llevaba hasta su ropa sucia a la madre en una maleta (yo me negaba porque la mujer tiene 60 años, esta siempre trabajando y limpiando para todo el mundo, y nosotros teníamos lavadora, dinero y tiempo). Como os podéis imaginar, las discusiones eran terribles. La cara dura de este tío no tenía límites. Hasta me montó un número por no puntarme a un gimnasio con él 6 meses del tirón, para coger una oferta y ahorrarse él 4 euros al mes (y yo le dije que si le hacían falta yo se los ponía). Pero claro, la loca era yo. Yo era la que malinterpretaba todo, la que siempre la cagaba, y mi autoestima por los suelos. Ya yo dejé de hablar con mi familia y amigps para que no se enteraran de esto, y más después de lo que pasó en su día cuando me quiso echar. Entonces estuve sola ante sus machacamientos, que siempre concluian con que yo lo habia hecho fatal, que siempre tenia que madurar, aprender, y que era humana y tenia mis defectos (esto despues de llamarme de todo, responderle yo y ponerse agresivo). Con el tiempo, mi aspecto fisico estuvo peor que nunca. Nadie me veía bien, ni yo misma. La ansiedad alta y constante me pasaba factura. Y entonces, cuando me machacaba psicologicamente en las discusiones y yo estaba sola, empecé a autolesionarme en las discusiones gravas para parar aquello, incluso llegandome a amenazar con quitarme la vida (a la que cada vez tenia menos aprecio). Esto fue horrible, y yo haciendo jornada intensiva en terapia, trabajando, con master y la autoescuela. Cuando llegaba (a las 9 de la noche tras salir a las 8 de la mañana), él no entendía mi cansancio. Quería que jugaramos a juegos de estrategia (y yo con la cabeza como un bombo), y se quejaba si le decia que estaba cansada. Él decía que el tambien estaba cansado (en paro, sin buscar trabajo, todo el día a su aire). Si yo le decia que no era lo mismo, me sacaba la enfermedad y... Jaque mate. Me volveria a acusar de que no lo respetaba y no lo apoyaba con su enfermedad. Me acabó intentar echar en su casa sin tener razón alguna en el tema de discusión (hasta su familia me apoyo), y decidí irme de verdad, con la poca dignidad que me quedaba. Ahí vino un infierno para mí, porqur me hizo chantaje psicologico a distancia, diciendo que estaban el y su familia deceocionados porque me fui, sabiendo que me lo dijo él y vieron un arranque de ira que tuvo delante de todo el mundo. Y luego culpandome a mi por cortar y mudarme a casa de mi padre. Me bloqueó de todos lados, y a los 3 días de hacerme el vacío y gritarme en las llamadas, me vino a buscar. Quería que fuésemos amigos, y que nos viéramos y que surgiese lo que "tuviese que pasar". A todo esto, a el todo lo que le preocupaba es que no podia pagar el piso solo, y la madre me llamó para recriminarme lo mismo. Luego me volvio a culpar de todo y a decirme mil millones de burradas, y a amenazarme con contar a su familia mis autolesiones puntuales y los intentos de quitarme de en medio (que nunca antes tuve con nadie, y que han desaparecido al cortar la relación). Lo bloqueé de todls lados, y al dia siguiente vino a buscarme muy manso para hablar. Que yo tenía que cambiar mi actitud, que me valorase para ser feliz y no tuviese inseguridad (hay que tener poca vergüenza de decirme esto después de todas las monstruosidades que me dijo el día anterior). No quise contacto alguno con él, y en esas estamos. Yo sanando poco a poco, recibiendo mucho apoyo de todo el mundo, y entiendiendo qué papel tuve en todo esto y que podría/debería haber hecho. Perdón por el tocho, pero necesitaba soltarlo todo... Y no es de la misa ni la mitad.