Son las 4:45 a.m. (hora española) y como las noches anteriores desde hace más de un año, no puedo dormir.
Ayer, rechacé la deliciosa tortilla de patatas de mi madre, a quien le dije:" cómo quieres que coma...?" escondiendo mi dolor no terminé la frase en palabras, sino que prosiguió en mi pensamiento con " ...si ya estoy llena ( de dolor); demasiada angustia he tragado".
Bien, si al redactar estas líneas consigo evitar que alguien prodigue daño a otro alguien, mi mensaje habrá tenido algún sentido.
Mi historia comienza hace un año cuando conocí a "I" por internet. Resulta curioso y en cierto modo, tiene un sentido "premonitorio" el que yo no quisiera conocerle en persona, como si una voz difusa pronunciando palabras incomprensibles me advirtiese del peligro. Así que cuando insistió en venir a verme, le lié deliveradamente para que no encontrase mi dirección.
I" se presentó empapado por la lluvia tras horas intentando averiguar donde vivía. Había un halo de misterio, acrecentado por la luz iluminando la lluvia e iluminando levemente su sombra. Yo, V, no exagero si digo que caí rendida a él desde el primer minuto. Nos besamos. Me enamoré. Los días hasta la fecha le amé dolorosamente. Esta noche le amo, moribunda.
Para mi desgraciada suerte, la relación que tuve con "I" no llegó más que a basarse en sexo y en compartir literatura. Mi mente no aceptaba la realidad de los hechos y en consecuencia, para evitarme el dolor como si de barbitúricos se tratara, mi mente me engañaba con que él también me amaba.
Hace un par de noches descubro que "I" está enamorado de otra chica a cientos de kilómetros; no de mí, con quien tenía sexo para desahogarse...
Nunca dejamos claras las reglas del juego, pero él para eludir responsabilidades morales, me afirmó que creía que ambos "éramos libres" ...
Anoche, le remití este último mail que espero os haga reflexionar y pensar que no es un juego de niños, sino uno muy peligroso en el que pueden haber heridas irreversibles para los ingenuos como yo :
(en la primera frase le cito)
""no se trata de lo que pensé, sino justamente de lo que no pensé"": me costó deglutir estas palabras, sinceramente
¿Ni siquiera te preguntaste por mis sentimientos? Duele saberlo. No concibo que se puedan relegar de tal modo los sentimientos ajenos; repito: no lo concibo. Antes de iniciar contacto físico con alguien para mí es esencial conocer los sentimientos de alguien, porque son la parte más vulnerable de uno y bajo mi punto de vista, sagrados. A uno pueden pasarle por encima, pero esa persona sigue sintiéndose viva; cuando la herida es a los sentimientos, este perjuicio puede ser tan profundo que uno está vivo sintiéndose muerto, y no hay peor muerte que ésa.
¿Pensabas que no sentía?, ¿yo (nosotros los poetas, que vivimos y morimos por amor)? Una mente excepcional como la tuya debería saber que en las relaciones sexuales se generan vínculos afectivos, en mayor o menor medida y que, en el caso de las mujeres, éstos son de mayor magnitud, porque tendemos a no disociar amor y sexo; y en el caso de una mujer poeta, qué decir...
Esto será de perogrullo para ti, imagino, pero lo que intento expresar es que ha de considerarse más mediante el ejercicio de la empatía; no me malinterpretes: no afirmo que carezcas de ella , ni mucho menos es así, no me hubiera rendido a ti de ser al contrario.
Y sí, te doy la razón en que para acostarse con alguien no hay que firmar nada a priori; pero insisto ( poniéndome pesada, haciéndome pesada para mí misma al leerme; y no pretendo ir de reverendo) en que en esa libertad, cabría ir con cautela, siempre, para que no abarque la libertad de hacer daño al otro, obviando su bagaje emocional y sentimental.
Cuídate
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Amor para todos
Verónica
