Nunca en mi vida he tenido deseos sexuales, no experimento atracción sexual, no siento la necesidad psicológica de ser penetrada y por eso no veo a los otros como fuente de placer. Yo he sufrido mucho antes de descubrir mi asexualidad y esta incomprensión me ha dejado una gran cicatriz en el alma y acabó con mi relación sentimental.
Yo cuando amo me entrego en todos los sentidos, no veo ni con morbo, ni con miedo ni con asco al acto sexual sino como algo hermoso, pero no es algo que me enloquezca ni que siento que requiero para sentirme plena ni mucho menos el eje central o el motor de una relación. Lo cierto es que no pienso ni me motiva tener sexo, puedo vivir perfectamente tranquila sin el. Tuve una relación en la mi novio pensó que algo andaba mal conmigo por no ser igual a él. Llego un punto en que el sexo me aburrió y me di cuenta que yo me había convertido en apenas algo más que una muñeca sexual. Entonces ceder a tener sexo era como darle de comer al bebé.
Por la ignorancia de la sociedad me sometí inocentemente a consultas de sexólogos pseudo especialistas que no hicieron más que confundirme o frustrarme. Nunca sufrí abuso sexual ni nada, pero ellos no dejaban de decirme que yo estaba enferma. Algo de lo cual estaba segura que no era puesto que también soy psicologa. Y yo me decía que absurdo era todo. Enferma ¿por qué? ¿Solo por preferir una conversación íntima y emocional con mi pareja antes que tener sexo? Solo por no pensar en el pene de mi pareja? ¿Enferma por ser incapaz de ver con morbo la desnudez? ¿Por ni siquiera tener pensamientos sexuales? ¿Por eso estoy enferma?
En cuatro años de convivencia con mi pareja él siempre se mostraba intranquilo y de mal humor contando los días que no me había acostado con él. Situación que jamás he comprendido. Por lástima aceptaba complacerle pero realmente hubo en momento en que sentí extralimitada y decepcionada al ver que él no se preocupaba por mí sino que se preocupaba solo por el sexo. Me reclamaba y se quejaba fuimos con supuestos especialistas que solo empeoraron más las cosas. Sinceramente no entiendo porque me vi obligada a invertir tanto tiempo, esfuerzo y dinero en eso.
Lo mejor que se me ocurrió fue decirle: Yo te amo, pero no puedo satisfacerte como tú deseas, sí quieres sexo y sientes que lo necesitas para vivir te dejo el camino libre para que vayas a conseguirlo donde te plazca. Tú puedes salir para tener sexo con otra, te recomiendo que te cuides para que evites consecuencias y luego regresa a casa.
Sorprendentemente eso lo alarmó bastante y dijo que eso demostraba que yo no lo amaba. Algo totalmente disparatado, pues para mí eso fue una gran demostración de amor dejándole libertad. A mí no me interesa su cuerpo, me interesa él como ser humano y quiero que sea feliz. Él nunca lo entendió y terminó por dejarme. Lo sigo amando y no le guardo rencor, pero me he quedado con la sensación de que ha sido injusto conmigo en muchos aspectos.
Que preocupante es esa confusión entre el sexo y el amor. Yo soy capaz de amar profundamente y que no desee sexualmente a esa persona no me hace una persona de piedra, inhumana o frígida, me han dicho tantas veces así "frígida" como si por no poseer impulso sexual fuera un tempano de hielo sin emociones. Me he dado cuenta que prácticamente no tengo sexualidad, no tengo orgasmos ni nunca me masturbo porque me parece aburrido, pero sigo teniendo actitud, seguridad, sensualidad, pasión y placer en mi vida. No me interese que alguien piense que soy deseable prefiero que me admire por mis ideas y mi amabilidad como tampoco nunca ha sido importante para mí la apariencia física para valorar a una persona. No me visto, actuó ni me acerco a conversar con alguien con otra intención más que el impulso de la simpatía. Desde que comprendí mi asexualidad por fin me siento libre, como si me hubieran quitado un peso de encima, pero aún tengo que soportar de vez en cuando la presión y la crítica social por no ver al sexo como algo indispensable.
