En respuesta a kenan_8694145
Hola! Soy una chica de 34 años y llevo 7 años de relación con mi chico de 36.
Despues de años juntos, hemos conseguido una estabilidad laboral que nos permite irnos a vivir juntos.
El caso es el siguiente. La casa es de mi chico. La empezó a pagar antes de empezar conmigo, pero quiso esperar a estar con alguien para amueblarla.
El caso, es que después de años, me dice que no le hace mucha ilusión vivir ahi. Que la casa esta en una zona que no le gusta, que prefiere una casa mas pequeña y tal.
Pero como quiere vivir conmigo, pues eso le motiva a mudarse alli.
La cuestión es la siguiente. A mi la idea de que la casa sea suya, me abruma muchisimo. Dice que nota que no me involucro lo suficiente, que no nota interes en ayudarlo a amueblarla y que quiere que me ponga las pilas con eso.
Dice que ahora yo voy a tener que demostrarle que tengo interés por vivir aahi con el. Que quiere que sienta esa casa como mia y que quiere que vaya yo sola a mirar muebles y a pedir presupuestos.
Que hasta que no me vea hacerlo, el no va a dar ni un paso mas para vivir alli.
El caso, es que me cuesta mucho ver esa casa como mia. Noto mucha presión por su parte al dejarme sola en algo tan importante como amueblar la casa.
Tan difícil es ver todo eso juntos? Se supone que vamos a vivir juntos y no me siento cómoda teniendo que hacerlo yo sola.
No se como hacerle entender eso. Encima no tengo coche y la mayoría de sitios me pillan lejos como para ir en bus. Si vamos juntos sería mucho más sencillo. Pero dice que quiere que vaya yo y que le demuestre mi interés en amueblarla como si también fuese mía.
Perdonar el rollo, pero necesitaba desahogarme. Un saludo y gracias a quien me hay leido hasta el final.
Las cosas de la casa deberíais mirarlas los dos. Y tu deberias estar mas emocionada aunque la casa sea de él. Tómatelo como si fuerais a un piso de alquiler que no es propiedad de ninguno de los dos. Yo estoy viviendo en una casa en la que mi marido y yo hemos invertido mucho pero está a nombre de mis suegros..o sea que el dia de mañana si me separo, me quedo en la calle con una mano delante y otra detras, y no por eso vivo a disgusto donde estoy. La siento como mia.