En respuesta a jinhua_6283541
Cada centímetro de la piel siente, si bien hay zonas erógenas, las orejas, el cuello, tetillas (pezones), nalgas, por no poner zonas genitales o el ano. Tendrán éxito muy probable con los pliegues, corvas (atrás de las rodillas), adentro de los codos, entre los dedos... Cambiar la fuerza, desde apretujar hasta apenas rozar, seco o húmedo, frío o caliente...
Es posible hacer una especie de sustitución del pene (o el clítoris) por otra parte y tratar un dedo (o un pliegue) como si lo fuera.
Hay que prestar atención a las señales del otro, respiración, sonidos, aunque también se vale decir me gusta y así no.
Es prudente ir de menos a más.
Con la ropa puesta dará más o menos lo mismo la dirección de la caricias y su fuerza, quiero decir que no lastimarán, sin embargo al sujetarlo los vaivenes habrán de ser cortos para no rozar la piel con la ropa.
Una vez liberado es preferible que las caricias, desde cualquier lado, vayan hacia la punta. Hacia abajo, bien sujeto, es casi lo más delicioso. Hacia abajo la caricia es más bien suave y lenta. Casi porque la punta de la uretra puede ser aún más intenso, el toque habrá de ser suave y lubricado, sea con el líquido preseminal u otro líquido.
Así como los silencios también forman parte de la música también las pausas excitan, pues hacen desear más.
Y por favor siéntete libre, libre de jugar, de disfrutar, de reír y divertirte y por lo tanto de tomar la iniciativa.
Por último, tengan a mano condones por si cambiaran de opinión respecto a no tener relaciones o hacer sexo oral o anal.
Y esas son pautas, no reglas, diviértanse.