Hola Angela.
He recibido varios mensajes tuyos por WATHSAPP, FACEBOOK y HOTMAIL donde me dices que has querido hablar conmigo, pero que cuando lo intentas yo te ignoro. Tienes razón, pero entiende que después de la canallada que me hiciste, mi desprecio es lo único que te mereces, además si no quiero hablar contigo es porque tu presencia, que en el pasado me daba alegría, hoy solo me produce asco.
Por eso y aunque sé que es un poco patético, recurriré a esta carta para decirte lo siguiente:
No te preocupes, seré breve y no voy a agredirte, primero porque un ataque hacia ti, también sería un ataque hacia mis hijos, y segundo porque yo si soy un caballero, no como esa basura de tu amante; no importa que tan bueno sea en la cama, solo una basura acepta ser el amante de una mujer casada y con hijos, aun el teniendo su propia esposa y sus propios hijos.
Mi proyecto de vida era formar una familia, y te escogí a ti para realizarlo porque creí que eras una dama, me equivoque, eres una puta; y esa familia, tú con tu “calentura” te has encargado de destruir.
Dices que estas arrepentida, pues eso es mentira, si estuvieras arrepentida tu misma me lo habrías contado, pero tuve que enterarme por ajenos. Dices que me amas y yo te pregunto:
-¿Qué mujer engaña y traiciona a el hombre que ama?
No uses a nuestros hijos para manipularme diciendo que es por ellos que debemos internar salvar nuestro matrimonio, pues a ellos los dejabas solos para irte a fornicar con ese miserable, aprovechando que yo estaba de viaje, y cuando nuestros hijos te pregunten el porqué de nuestra separación, supongo que tendrás el valor de decirles la verdad, diles que una “aventura” con un imbécil de la oficina, significo más que 7 años de matrimonio.
Es verdad que la pasión y el romance desaparecieron en nuestra relación de pareja, pero ambos somos culpables de eso, porque ambos dimos más prioridad al trabajo que a nosotros mismos, así que no uses la monotonía y la rutina para justificar tu error. Si había algo que te molestaba debiste decírmelo, así habríamos solucionado nuestros problemas de como pareja.
Te ofrecí mi respeto, mi lealtad, mi confianza, mi tolerancia, mi apoyo y mi cariño, pero para ti no fue suficiente, porque para ti lo único que importaba era el maldito sexo. No pensaste con la cabeza sino con lo que tienes en medio de las piernas, te quejabas de mi falta de detalles, y que ironia, ese imbécil lo con una caja de chocolates y “que linda te ves” logro llevarte a la cama.
¿Dónde quedaron tus principios, donde quedaron tus valores?
A pesar de tu infidelidad no me arrepiento de haberme casado contigo, pues fruto de eso nacieron nuestros dos hijos, ya sabes que ellos son lo más sagrado, lo más importante y lo más hermoso en mi vida, y no hay nada que me haga más feliz que estar con ellos.
Antes de salir de viaje por asuntos laborales, contacte a un abogado para que me asesore respecto a la repartición de bienes, la custodia de los niños y la separación.
Los dos somos personas adultas y profesionales, tenemos la madurez y las inteligencias suficientes para resolver este problema sin peleas, cuando regrese hablaremos mejor de ese asunto, mientras tanto no me envíes más mensajes.