Llevamos 4 años de relación y hará sobre un año charlando salió el tema de la lluvia dorada. A ella no le atraía en un principio pero me dejó hacerla a mí. A raiz de ahí confesó que la despertó el gusanillo y empezó a hacerlo como un juego en la ducha.
Así pasaron unas semanas hasta que fue evolucionando. Empezó a experimentarlo en otras partes del cuerpo, en la cara no, y reconoció haber tenido ese gustillo de practicarlo y por otra parte, solo quería hacerlo ella y no al revés.
A mí me gustaba y disfrutaba, era algo excitante en pareja y en confianza. Es más, cuando me decía de hacerlo me ponía duro y eso le encantaba. Total que siguió haciéndolo con más frecuencia, casi a diario y algunos días hasta dos veces.
Hasta aquí bien el problema viene cuando un día llegué de trabajar y me empujó al suelo como dándome a entender que ibamos a tener sexo salvaje o algo por el estilo, pero más lejos de la realidad me meó con toda la ropa puesta. Sí, me volvió a gustar pero aquí su evolución fue mucho mayor y rápida.
Ya todos los días lo hacía, lo empezó a hacer en mi cara y boca, lo hacía según le venía, la parte de la casa que fuése, varias veces al día (cuando digo varias me refiero a tres mínimo por día), a limpiarle cuando terminaba de practicarlo e incluso me dijo una cosa que meses antes defendía como algo guarro y que nunca haría, limpiar el suelo con la lengua (dar unos lametazos). También me ha dejado largos ratos sobre su orina, le gustaba que oliera a su pipi, pero no olerlo ella.
Nunca la frené porque me excitaba mucho, y me sigue excitando la lluvia dorada, pero ha alcanzado una obsesión y no sé pararla. El solo hecho de tener que ducharme algunos días 6 veces al día es cansino. Cuando intenté sacar el tema, poco a poco, y con tacto, si tenía ganas lo hacía de nuevo sin dejarme terminar. Y la otra vez que lo hablamos me dejó terminar pero se lo tomó a ... broma y dijo que era su wc personal. Y en ese momento esa frase me excitó y la dije de forma cariñosa que era muy tonta y le di un beso. A ella le excita mucho y me gusta como pareja. Fuera de esto es una persona muy normal y encantadora. No sé qué hacer y no valoro dejarla, y no quiero sacar un tema de psicólogo porque el haber llegado ahí fue culpa mía.