...aprendí que nada es tan importante como la dignidad, la mía, la tuya, la que no se esconde ni se disimula bajo subterfugios.
Nada más importante que uno mismo, no tener que negar nada, ni que ahogar esperanzas, ni apostar a una sóla carta.
Nada más importante que quererte a ti mism@, que no tener que explicar cada paso, negarte a ti misma en nombre de tantas cosas ficticias.
Porque las cosas importantes, AMOR, AMISTAD, no te piden que sacrifiques tu forma de ser, tus ilusiones ni tu libertad, no te ridiculizan, no te machacan jamás, no manipulan.
Tengo pocos amigos, pero lo son con todas las letras, siempre.
De que vale que alguna gente (que ni te conoce, ni le importas) diga que eres encantadora o sufrida (eso si que tiene delito!) o simpática, si a cambio tienes que acallar o disimular tu propia opinión todo el tiempo?
Ser un@ mismo no tiene precio, merece la pena