I
Una mujer
De mirada afilada,
paso contundente,
manos profusas,
labios sugerentes,
piel sedienta.
Con augurios y silencios,
insinuaciones y júbilos,
discreciones y desenfrenos.
Como brizna de verano.
Temerosa del olvido.
Persuadida por los instantes.
Expedicionaria del placer.
Sin miedo a las caricias prolongadas,
ni a los roces incitantes.
Fragante, natural, sutil.
Terrenal, húmeda, habitable.
Que se parezca a la palabra intimidad.
Una mujer así.
Y a solas conmigo.
II
Yo
Le propondría un pacto
de suculentas complicidades
y rebosantes silencios.
Desarmando sus vacilaciones.
Abrigando su mirada.
Acalorando su confianza.
Estimulando su osadía.
Desabotonando su compostura.
Desnudando su recato.
Adulándola
Rozándola
Acariciándola
Besándola
Estremeciéndola
Penetrándola
Jugueteando con su sexo
Penetrándola
Hurgándole cada rincón insondable.
Penetrándola.
Mostrándole cuanto placer le cabe en el cuerpo.
Y al final,
velaría su placidez
sin esclavizarla a mis rutinas.
Porque habremos sido
transgresoramente libres.