Entrevista a Alfonso Lafora.
El autor recoge en el libro 'El trato a los animales en España' numerosas fiestas donde éstos son objeto de acciones brutales y crueles
El escritor y periodista Alfonso Lafora ha recorrido la geografía española a la búsqueda de información para su libro 'El trato a los animales en España', que ha presentado en Vitoria de la mano de Atea. Tras enfrentarse a la realidad de las peleas de perros y a la Âcrueldad con la que se trata a algunos animales en fiestas patronales, asegura que la falta de sensibilidad es una constante en la sociedad actual.
¿Qué trato reciben los animales?
Muy malo. Se les trata con desprecio, falta de sensibilidad y prepotencia. En España esto se acentúa aún más.
¿Por qué?
Debido a reminiscencias históricas y a la ignorancia. Nuestra cultura viene dada así desde hace siglos y nadie se ha esforzado por cambiarla. Hace años la gente disculpaba que un hombre pegase un bofetón a una mujer. Poco a poco la sociedad va avanzando, pero los animales son seres que apenas entran en el ideario de nadie, excepto en el de algunas asociaciones que encima son mal vistas. Actualmente, el problema radica en los niños. Asumen el trato que dan sus padres a los animales y se convierten a su vez en maltratadores.
¿No se les enseñan valores?
No, para nada. En los colegios no existe una clase específica que les enseñe ese respeto y en los pueblos cada verano hay un festejo en el que los animales reciben un trato brutal. Un niño ve en una corrida de toros cómo matan al animal, la sangre, los bramidos, y todo eso forma parte de su vida cotidiana puesto que están sus padres al lado.
¿Qué tipo de casos relata?
He ido investigando los que salen en la Prensa y entro mucho en detalles que se pueden considerar morbosos o tétricos. Pero me parece importante explicar lo que significa, por ejemplo, tirar un perro vivo a un pozo. Puede estar una semana agonizando y todo para no hacer un hoyo o para no llamar a un veterinario.
Casos como las peleas de gallos o de perros, ¿son más habituales de lo que se cree?
Las peleas de gallos son institucionalmente legales en Canarias. Las de perros están prohibidas, pero son una falta, no un delito. De esta manera, las atrocidades que se hacen con estos animales quedan impunes porque en muchos casos a los jueces no les merece la pena ni intervenir. Hay grandes organizaciones en torno a este mundo, con apuestas millonarias. Está todo profesionalizado y oculto. Es casi mafioso.
¿Cómo se puede terminar con este tipo de comportamientos?
Aunque va en contra de mis principios, creo que la única solución pasa por las sanciones. Si una persona le corta las orejas a su perro porque se ha comido una barra de pan, a la cárcel.
