A Laura... Quien toda esperanza había perdido.
A Laura... Quien después de tanto soportar se rompió.
A Laura... Quien ya no soporto.
Te contare la historia de Laura.
El año 2007 pasaba normal, las festividades, los encuentros con la familia, era la misma ciudad, la misma rutina de siempre, hasta que él llegó, desde Estados Unidos, el tío de Laura llego, tendría en aquel entonces unos 36 años, era de complexión delgada, cabello café claro, y unos ojos café oscuro que parecían más negros cuando los veías, Marcos, se llamaba, Laura le tenía cariño, ¿y cómo no? Era solo una niña, todavía veía las películas de princesas, tenía peluches por toda su casa y sonreía todo el tiempo, aquel 20 de febrero, cumpliría sus ocho años, según ella, ya era niña grande, pasó su cumpleaños muy alegre, pero su tío Marcos le pregunto a su madre si podía llevarla a comer McDonalds en la mañana, Laura estaba feliz, sobre todo por el gran regalo que le había prometido su tío querido.
Todo iba bien, se negó a jugar en los juegos infantiles porque "ya estaba grande" ya cuando se fueron, su tío la llevó por un rumbo diferente.
"¿A dónde vamos?" Sonrío la niña.
"Vamos al parque ¿qué tal?" Laura estaba encantada.
El tío estaciono el carro en lo que parecían unos departamentos.
"¿Me acompañas por algunas cosas?" Le preguntó el, Laura no tenía miedo, era su tío favorito después de todo.
Había una sala de estar muy hermosa, el cuarto era amarillo, y había muebles cafés.
"Así que ya estás grande, he" Laura asintió "¿quieres saber lo que nosotros los grandes hacemos?"
A Laura... A quien su mundo destruyeron.
Ese día Laura lloro con todas sus fuerzas, dolía, no sólo física si no también emocionalmente, todavía no comprendía del todo bien, era solo una niña.
Conforme el tiempo pasaba, las amenazas seguían, el abuso seguía, estaba destruida, ya no sonreía más, lloraba todas las noches, habían pasado seis años desde eso, estaba cansada de pasar por tanto abuso, tenía tanto miedo de contarle a alguien, de que no le creyeran, de que él le hiciera más daño, tenía miedo de todo el mundo, la única vez que pudo ser valiente fue cuando se lo dijo a alguien, pero ese alguien ni siquiera estaba cerca, estaba hasta el otro lado del mundo, más bien hubo gente en ese entonces que la apoyo, pero el abuso siguió un año más.
A Laura.... A quien la confianza la arrebataron.
Todo llego a su límite, como en todas las cosas, esa gota que derrama un vaso lleno, ya tenía catorce, tenía busto, curvas, estaba más madura, en fin, ya era toda una "señorita" y su tío se había dado cuenta de eso.
"Te presentaré a un amigo" Dijo Marcos, sin explicaciones.
A Laura... A quien su mundo se le estaba acabando.
Ya era suficiente, se sentía usada, sucia, se sentía como un juguete, estaba lastimada, sucia, traicionada, ya no quería seguir en este mundo ni un minuto más.
1, 2, 3 respira
Tomó el frasco con pastillas.
Ya era hora de dormir.
A Laura... A quien la vida le habían despertado.
Era blanco, todo era blanco, vio la cara de una enfermera quien sanaba sus heridas de los brazos y piernas.
Su madre entro con lágrimas en los ojos.
"Necesito que me lo digas todo, cariño"
Ese día Laura lloro, se sintió liberada, pero el trauma aún estaba.
A Laura... Quien poco a poco curaba su herida.
Hoy en día, Laura aún recuerda, aún tiene sus pesadillas, han pasado tres años desde eso, aún trata de recuperarse, aún sigue viviendo.
A Laura... Quien aún tenía mucho que vivir.
