Tengo 24 años y hace un año conocí por Internet a una mujer de 40. El objetivo era perder mi virginidad.
Un mes después nos vimos por primera vez, pero no tuvimos más que besos apasionados porque yo estaba nervioso. Acordamos volver a intentarlo, pero hasta hoy en día no hemos concretado.
Ella me preguntaba si yo sería novio de una mujer de su edad, por lo que me comencé a alejar porque no quería hacerla sufrir en caso de que ella le gustaría tener algo serio conmigo. Aunque estaba confundido, quizá también lo decía para confirmar que yo no me engancharía y solo sería sexo.
Dos meses después le volví a escribir, la echaba de menos. La conversación ya no era la misma, pero quedamos en vernos para ver si sucedía algo serio entre ambos, porque aclaramos esa situación y a ambos nos gustaría que sucediera.
Nunca más nos vimos y ya no nos escribimos. La invito a salir y acepta, pero llega el día y no me responde y me escribe que algún día nos veremos y que sea pronto.
Tengo muchas ganas de verla, de besarla con toda la pasión que ha despertado en mí por ella todo este tiempo y que el día que nos vimos no fue así, de acariciarla, ya que tampoco pude hacerlo ese día, porque no me nacía. Tener relaciones o perder mi virginidad ha pasado a segundo plano. Me encantaría tenerla como compañera, salir a pasear, a comer, a hacer todo lo que con ella habíamos acordado hacer, como almorzar juntos, viajar, etc.
Pienso mucho en ella. Por las noches siento que me falta el aire y boto una que otras lagrimas. En ocasiones, esto me provoca dolor de cabeza.
No es primera vez que me gusta alguien, ha pasado anteriormente, solo que es difícil para mí conocer otras mujeres con esta situación, ni siquiera puedo pensar en hacerlo. Con solo mencionar que hace un buen tiempo atrás estuve dos años luchando por un amor no correspondido.
No sé si espero un milagro o estoy condenado a estar solo.