Como cualquier otra noche se encontraba en casa, cómoda, relajada, tranquila. De fondo sonaba la música, la luz tenue, y un libro, estaba sola con sus pensamientos. En momentos él venia a su cabeza,...., el deseo latía en su pubis, en sus pechos, mejor borrar esos pensamientos, o acabaría cardiaca.
Distraída en sus pensamientos, no se percato en el ruido de la cerradura, absorta en el libro que le ocupaba, no levanto la cabeza, hasta que sintió su presencia, percibió su esencia, sabia que estaba allí. Le miro, una sonrisa esbozo en su cara, su corazón se acelero, clavaba sus grandes ojos en él, le observaba con cada paso que daba hacia ella, su deseo aumentaba.
Llego al sofá, se coloco sobre ella, la miro a los ojos, susurro un te quiero en su oído, y poso sus labios sobre los de ella. Se sucedieron dulces besos, y caricias, las cuales duraron un instante, la pasión se acrecentó con cada roce de sus cuerpos, sus bocas se comían sedientas de amor, sus cuerpos se friccionaban, sus sexos se buscaban, se rozaban, latían a lo unísono.
Las manos temblorosas de ella se posaron sobre él, le arranco la camisa, quería notar su piel caliente, notaba como sus manos recorrían su espalda, su lengua jugaba con los lóbulos de sus orejas, su ... abatía su pubis provocando gemidos de placer. Detrás de la camisa desapareció el resto de la ropa, sus cuerpos desnudos se miraban como dos luchadores antes de la pelea, deseosos de enfrentarse en un cuerpo a cuerpo.
La lengua de él abandono su boca, se encamino hacia su cuello, su pecho, se deleito con sus pezones, se poso en su ombligo, y culmino al llegar a su pubis. Lo lamía, lo mordía, lo saboreaba, ella gemía de placer un placer que no podía controlar. Notaba como se corrió en su boca, el sediento de placer tomaba la flor de su deseo, bebía su néctar, la miro, besándola profundamente, compartiendo con ella el placer de aquel sabor, mas caricias, mas besos, mas mordiscos, mas sexo.......
Se sentó de rodillas frente a él, ahora era ella la que quería colmar su sed, lamió su pecho, no dio mas vueltas, quería esa ... en su boca y la quería ya, la lamió, la saboreo, la metía en su boca, profundo muy profundo, como si se la fueran a quitar y quisiera defenderla, era suya,,,,,,, lamió sus testículos, acaricio su esfínter, le penetro quería ver su cara de placer, le mamaba su ... con fuerza, con deseo, mientras sus dedos le penetraban, oía los gemidos de el lo cual le excitaba, mas profundo, mas duro, no pararía hasta obtener lo que buscaba. Noto como la espalada de él se arqueaba, en su boca noto esa leche que tanto deseaba, ese sabor dulce-salado, que era su vicio, no se aparto hasta que no fue suya la ultima gota, fundiéndose en un beso con él para repartir su recompensa.
Exhausto pero más excitado sus cuerpos rodaron hacia la cama, el uno encima del otro se besaban, se acariciaba, se comían,...., su ... se alzo dura muy dura, el sexo de ella se abrió como una flor, brindándose a ella, sobre ella lentamente la penetro, ella se estremeció de placer, se movía lento, suave, rítmico, ambos buscaban sentir cada resquicio de placer. El ritmo comenzó a acelerarse, la penetro duro, Como le gusta que le ... a mi putita?, Él sabia de sobra como tenía que ... a su putita.
Sus uñas se clavaban en su espalda, cuanto mayor era el placer, más se aferraba ella a su piel. Rodaban por la cama, ella subió sobre, movía sus caderas buscando tenerlo en lo más hondo de su ser, rápido, más rápido, notaba como el placer salía de su columna, sabía que estaba a punto de tener un orgasmo, él la miraba, la observaba, sabía, conocía sus gestos, le agarro las piernas ayudándola a moverse con mayor rapidez, estallo, el placer sucumbió ante ella, exhausta, jadeante, levanto la cabeza, le miro a los ojos, se sonrieron, se conocían muy bien, coloco su pubis sobre su boca dándole de beber, dejando que se deleitara con ella.
La tumbo de espaladas, le encantaba ver ese culito, la penetro, la embestía primero lentamente notando como llegaba a lo más hondo, después acelero el ritmo, la oía gemir, le gustaba, un palito en el culo, sabia de sobra que eso los encendía a los dos, agarro su pelo, le demostraba quien mandaba a hora, y los dos se excitaban más si cabía con esos jueguecitos.
Ella le para, mirándole a los ojos, saco su verga de su pubis, posándola en su culo, por aquí, él se sorprendió, agarro sus manos, y empujo, ambos notaban la presión, hubo un segundo de dolor, que dio paso a un inmenso placer. Cariño follame duro, quiero mi culito lleno de tu leche, le dijo ella, notaba su ... dura entrar y salir de su culo, estaban al borde del orgasmo, ella notaba su respiración en su nuca, su cuerpo emanaba placer. Como dos relojes sincronizados, llegaron al clímax, el la lleno, ella se quebró de placer, al notar la como se llenaba de él.
Jadeantes el uno al lado del otro se miraron sonrieron, y se dijeron.
Hola.
