Me encanta escribir relatos, plasmar las fantasías en papel.., aquí dejo una muestra.
Era una típica noche de agosto, calurosa, húmeda y él iba en su coche al encuentro. Se había dicho que sería la última vez. Pero eso ya se lo había dicho infinidad de veces, pero esta vez sería definitiva, su mujer estaba embarazada y esta vez iba a cortar. No quería arriesgar la posible felicidad que le reportaría ser papa, por el mero hecho de tirarsela mas.
Llego a su casa sobre las 9 de la noche, había dejado a su mujer con sus amigas para celebrar el embarazo, tenía que recogerla a las 2 ,así que tenía 5 horas para despedirse de su amante. La casa era rural, estaba apartada de la ciudad, para llegar allí había que ir a propósito, ninguna carretera pasaba al lado.
Aparcó, bajó del coche y el calor se le hizo mas sofocante, tocó el timbre y ella le abrió la puerta, iba solo con un camisón azul, transparente, y un tanguita de hilo rojo, el que a él le volvía loco. Ella era morena, pelo largo, ojos marrones, 1,60, unos 60 kilos, pechos hermosos, utilizaba una 100 pero a veces se ponía una 95 para que se marcasen todavía mas, pechos firmes, todo lo firmes que puede tener una jovencita de 25 años. Él por el contrario era un hombre, 35 años, 1,70, pasado de peso, que siempre que iba a esos encuentros se preguntaba que podía haber visto una diosa como ella en un bufón como él, pero fuese lo que fuese, le gustaba.
Él la recibió con un beso en los labios, un simple pico, entonces ella supo que algo pasaba. Se miraron a los ojos y entraron al salón. Se sentaron separados y él se lo explico todo. Ella empezó a llorar y a suplicarle que no la dejara, que ella sería siempre su amante, no querría nunca nada mas, pero que lo necesitaba. Él estaba firme en su decisión, así que ella accedió, no sin antes prometerle que nunca olvidaría esa noche.
Ella había preparado la cena, canelones rellenos de verdura y una ensalada. Solo había 3 para cada uno, ella no quería que el se atiborrase y luego se tumbara en el salón y se dedicaran solo a un polvo y de malas maneras, como había pasado mas de una vez, así que había hecho una cena ligerita.
Con la excusa del calor, ella se quito el camisón y él quedo totalmente desnudo. Le gustaba ir así en casa de ella. La cena fue tranquila, estuvieron hablando sobre las cosas triviales de siempre. Si alguien los hubiera visto hubiera creído que eran pareja.
Después de la cena, ella le preparo café y el se tumbo en el sofá. Entonces llego ella con la bandeja con el café, el azúcar, hielo, Bombay, un par de tónicas, limón y un bote de leche condensada. Él intento incorporarse pero ella no le dejo. Se puso sobre, como otras veces había hecho, empezó a moverse sobre él, a restregar su depilado ... sobre ... hasta que esta se puso dura. Cuando estuvo dura, ella sola entro en ese húmedo ... momento en que aprovechó para erguirse y sentarse sobre la ... Cogió el bote de leche condensada y empezó a untarse los pechos, la barriga, se lleno la boca, se saco la ... del ... se la puso sobre el clítoris y empezó a follarse el clítoris. Él estaba tumbado, pringado de leche condensada, le mordía los pezones, veía como ella iba escupiendo la leche de su boca y el la recogía con la suya. Él noto como ella estaba a punto de correrse, era el momento que mas le gustaba, notaba como se tensaba, era un momento en que todo estaba permitido, así que le cogió un pezón con los dientes y empezó a morderlo, a masticarlo. Ella empezó a chillar, por la corrida y por el dolor, pero no paro, seguía moviéndose cada vez mas rápido y chillando cada vez mas fuerte, mientras el seguía mordiendo cada vez mas fuerte. Ella explotó, momento en que él se la metió hasta el fondo y la follo con fuerza hasta correrse dentro.
Se abrazaron, ella no quería moverse y él no quería desaprovechar la última noche, sabía que si no hacía nada, ella se dormiría y al final el tendría que irse solo y sin nada mas. Así que se la quitó de encima, se levantó, la cogió en brazos y se la llevo a la bañera.
