Foro / Pareja

Mi historia con lady g, contada por mister p (iii)

Última respuesta: 16 de diciembre de 2005 a las 10:44
D
danyal_6754684
14/12/05 a las 11:50

Con esta frase soltada al aire, se dispuso a abandonar los servicios. Pero antes de abrir la puerta, y dándome la espalda, se lavantó la falda hasta la cintura para mostrarme su hermoso trasero, el cual aún no había visto hasta ahora, y se fue. Nuevamente usó su enorme picaresca, y de nuevo algo mío que recién acababa de liberar su presión parecía querer volver a recobrar vida. Esta chica está dispuesta a acabar conmigo esta mañana.
Me quedé en el aseo limpiándome cuidadosamente, y una vez acabé me fui hacia mi puesto de trabajo.
Allí estaba ella, sonriendo bajo su nariz y mirándome con una mirada traviesa, pues sabía perfectamente el efecto que podría causar en mí lo que me había mostrado hacía un momento.
A partir de aquí la mañana transcurrió tranquilamente, al menos en comportamiento que no en mis pensamientos.
Fuimos a comer, cada uno por su lado como había sido costumbre hasta hoy, y cuando llegué al bar para tomarme un menú, me percaté de que no llevaba el teléfono móvil encima. La batería aún seguía enchufada bajo la mesa. ¿Cómo pude haberme olvidado de ello? Bueno, la verdad es que esta mañana me había olvidado no sólo de esto, sino de casi todo.
Volví de regreso al trabajo después de haber tomado alimento, y ella estaba ya en su puesto, ante su pc. Pasaron dos horas en las cuales apenas ni nos miramos, pues había mucho trabajo por recuperar ya que la mañana había sido nula en cuestiones laborales. Se levantó de su silla y se fue pasillo arriba, supongo que en busca de alguna lata de refresco de la máquina expendedora, cosa que acostumbraba a hacer a estas horas para acompañar su merienda. Regresó con su refresco y se sentó.
Aproximadamente quince minutos después, ¡¡horror!!, volví a caer en que la batería aún no había sido desconectada de donde la dejé hacía ya muchas horas. Así que tuve que agacharme nuevamente, (¡¡cuánto ejercicio que estaba haciendo hoy!!) y meterme bajo la mesa. Ella me vió y me dijo que estaba a punto de recordarme precisamente esto. Esta vez, ya sin temor a represalias, miré por curiosidad si aún iba sin ropa interior, pero no pude saberlo con certeza ya que alguna cosa impedía que pudiera verlo. Tenía la lata de refresco entre sus muslos, haciéndola rodar hacia adelante y hacia atrás como un rodillo, llevándosela a su sexo y dejándola ahí unos segundos para notar su frescor en su caliente zona pensé.
Cruzó una pierna encima de la otra y la lata desapareció de la vista, quedó totalmente aprisionada contra su sexo por sus piernas. Se me pasó por la cabeza el contraste de temperatura que debería sentir ella en esa íntima parte. Debería de ser delicioso. Otra imagen más para hacerme despertar el apetito. O mejor dicho la sed. Cogí la lata y di un trago para mojarme esa boca que tan seca se me había quedado. Efectivamente no llevaba ropa interior. Con la lata en mi mano vi aparecer su mano bajo la mesa con algo en ella. ¡¡Pero que estoy viendo!! Es el plátano de la merienda que aún no se había comido, todo peladito. Comencé inevitablemente a pensar que iba a pasar a continuación, sabía que algo iba a pasar ante mí, pero esta vez sin mi participación. Y efectivamente acerté.
Le coloqué de nuevo la lata sobre su silla, justo en el espacio que quedaba entre el borde de ésta y la intersección de sus piernas. Entonces la asió con su mano libre y comenzó a pasársela por encima de su sexo, para sentir su frescor metálico, al mismo tiempo que con su otra mano comenzó a pasarse la fruta fálica por encima de sus piernas, por el interior de sus muslos, y en dirección a donde tenia la lata. Después apartó ésta y empezó a acariciarse con el plátano su ahora fresco sexo. Que delicia sentir una fruta caliente sobre el sexo duro por el frío pensé. Realmente es que una sucesión de pensamientos pasaban por mi cabeza a cada uno de sus movimientos, a cada cual mas excitante para ella. Continuó jugando con él alrededor de su vagina, pasándoselo por encima de su raja, hacia arriba y después hacia abajo, para volver a subir y a bajar, acariciando con él su vello púbico y ella abriendo cada vez más sus piernas, señal inequívoca de que se estaba preparando para recibirlo dentro de ella. Dejaba entrar un poco de su punta primero para hacerla mover por el interior de sus paredes vaginales, a fin de que se fueran estimulando y abriendo poco a poco y así poder introducirlo cada vez un poquito más. Eran casi como caricias sobre la parte más externa de sus labios. Cada vez su abertura se iba dilatando un poco más y la fruta iba penetrando más hondo en cada movimiento. Eran movimientos circulares que acariciaban toda sus paredes internas, las cuales iban ganando en humedad. Por ello el recorrido del plátano se hacía cada vez mayor y se deslizaba con mayor facilidad. Ahora ya no se lo sacaba y metía con la misma frecuencia. Dejó que su punta ya un poco derretida quedara en contacto directo con su clítoris y con ella se lo frotaba y acariciaba, para a continuación darse golpecitos con él desde un labio hacia el otro a modo de rebotes, con movimientos muy rápidos, casi invisibles al ojo humano. Así alcanzó el grado de excitación necesario para comenzar el vaivén de adentro a afuera y viceversa. Le cogí la lata para evitar que sin querer se le cayera o derramara, e instintivamente se llevó la mano para poner sus dedos a jugar junto al plátano. Le ayudé a separar un poco más las piernas cogiéndoselas por las rodillas para que se sintiera más cómoda, ya que se la notaba con ganas de abrirse más pero no podía hacerlo por estar todo el departamento al completo en plena faena. Noté que su silla se iba hacia delante en mi dirección y que su cuerpo comenzaba a encogerse a medida que aumentaba el movimiento en vaivén. Estaba gozando. Finalmente, supongo que ante el peligro de que se pudiera romper la fruta, cuando parecía a punto de llegar al orgasmo me la entregó a mí, continuó con sus dedos y tras una leve sacudida hacia delante dejó caer su cabeza sobre el teclado de su ordenador. Llegó al orgasmo.
Con el plátano en mi mano, me acordé del motivo por el que volvía a encontrarme allí debajo, así que con la otra mano desenchufé finalmente la batería de donde estaba conectada. Y fue entonces cuando noté que sus pies se posaron sobre la parte delantera de mi pantalón, la cual quedaba frente a ella por estar yo sentado en posición de indio apache. Me pisó y friccionó mi miembro viril con la planta y dedos de sus pies por encima del pantalón, haciendo círculos sobre él. En ese momento sabía que aún no tenía que salir de mi puesto actual. Me bajé la cremallera del pantalón y saqué mi miembro fuera de él. Ella me lo cogió con sus dos pies, con uno por cada lado, y con la yema de sus dedos gordos empezó a hacerlos subir y bajar a lo largo de él. Que gusto tan exquisito que estaba sintiendo, que tacto tan extraordinario y diferente. Alternaba caricias con las plantas de sus pies, con movimientos arriba y abajo de la piel de mi pene con sus dedos, desde la base a la punta y viceversa. Yo, de cuando en cuando le cogía uno de sus delicados pies y se lo mordía y lamía, y chupaba sus dedos dentro de mi boca en agradecimiento al extraordinario trabajo que estaban realizando. Yo mismo, a continuación, llevé sus pies a mi miembro erecto y seguí la masturbación, guiándolos por el camino y dándoles la velocidad necesaria para que la escena no se hiciera muy larga y pudiera volver a mi silla cuanto antes. Encontré el ritmo y sincronización adecuados y entonces se los devolví a ella para que continuara por sí misma con el mismo ritmo y cadencia. Lo hizo perfectísimamente, colocándose mi miembro entre la parte superior del empeine de uno de sus pies y la planta del otro pie. Y así, cogido como con tenazas, hacía movimientos hacia delante y hacia atrás, suave y delicadamente para que pudiese notar el tacto y roce de sus pies, pero sin perder el ritmo. Después me lo situaba entre los dos empeines internos de sus pies, cogiéndolo así por los laterales, y siguiendo con el mismo ritmo y movimiento. Y de cuando en cuando haciendo movimientos de torsión sobre el eje de mi miembro que me hacían ver el cielo. Tal fue el grado de excitación que yo llevaba, que con las manos en el suelo desplazaba mi cuerpo hacia delante y hacia atrás en sentido contrario al de los suyos. Los movimientos eran ya muy rápidos y al final, con una mezcla de cansancio en mis brazos y un placer increíble acabé alcanzando el orgasmo. Y acabé con su plátano en la mano.
Menos mal que la mujer de la limpieza hacía su faena por la mañana, y por tanto no podría ver la mancha que en el suelo se formó debido a mi eyaculación. Lady G me pasó un par de pañuelos de papel para que me limpiara mínimamente bien y pudiera al menos salir decentemente de ahí debajo. Así lo hice, limpié también los restos que habían por el suelo, y con la batería en una mano y el plátano en la otra, apoyando los codos en mi silla me di impulso hacia arriba hasta quedar sentado en ella. Estaba todo como siempre: teléfonos sonando, y algunos comerciales que estaban de cháchara al fondo de la sala. Todo ello nos fue bien para no ser descubiertos ni oir algún posible suspiro emitido por ella.
Ya bien aposentado en mi lugar de trabajo, miré la fruta canaria que tenia en mi mano y le di un bocado. Era como si estuviera comiéndome de nuevo la esencia interna de Lady G. Me recordaba el sabor de esta mañana, aunque en verdad no se me había quitado de la boca en todo el día. Luego le pasé al plátano a ella ya que era su merienda, y empezó a lamerlo primero para comérselo después a la vez que me miraba. Mmmmm, hacia tiempo que no me comía un plátano tan bueno dijo.

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Z
zhanna_6045215
15/12/05 a las 17:12

Eh!!!!
Que me quedo sin curro , me contratas??

BESOTES............Dj

Ainssss que tarde me acabas de dar jajajajajajaja

D
danyal_6754684
16/12/05 a las 10:44
En respuesta a zhanna_6045215

Eh!!!!
Que me quedo sin curro , me contratas??

BESOTES............Dj

Ainssss que tarde me acabas de dar jajajajajajaja

Vale
contratada si por mi fuera.
Lástima que en donde trabajo no se toque tu rama laboral, cachis!!
Pero si quieres cambiar de tipo de trabajo...

Beso

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