Me hice adicta a un hombre maduro (tercera parte)

Esta es la tercera parte de mi experiencia, la escribi por los pocos que leyeron y la pidieron.

TERCERA PARTE

Paso un año desde que se fue don Ramiro con su hijo y me olvide de el, además me case y mi esposo fue a vivir con nosotras para no dejar sola a mi madre, la vida pasaba tranquila y yo me dedique por completo a mi marido sin pensar otra cosa.

Todo iba bien hasta que dos años después cundo llegue a mi casa me encontré con una sorpresa ¡don Ramiro estaba ahí platicando con mi madre! Apenas entre mi madre me dijo toda emocionada ¡mira quien vino!, don Ramiro regreso para quedarse otra ves en su casa, casi saltaba de gusto mientras yo me quede sorprendida y pegada al piso sin saber que hacer, so nunca me lo espere pero ahí estaba otra ves, el sonriente se levanto y me saludo de manera efusiva dándome un beso en la mejilla que sentí como si estuviera ardiendo.

¡Mi chiquita hermosa, como has estado! Que gusto verte de nuevo, decía sin soltarme del abrazo que sentía mas que normal, su pelvis pegada a la mía con la clara intención de que sintiera su miembro en mi panocha que sintió eso y como si se acordara de el empezó a temblar ya humedecerse al solo contacto.

Que milagro don Ramiro, ¿que lo trae por aquí?

Ya estoy de regreso, no me hallo viviendo de arrimado teniendo mi propia casa y que mejor teniéndolas cerca a ustedes que tanto me ayudan, así no me siento solo como allá.

Casi me safe de su abrazo porque sentía como más se me pegaba.

Sientes e don Ramiro y cuéntenos como le fue. Así seguí la platica pero yo notaba su mirada a mis piernas y a mis nalgas cada que me levantaba por algo hasta que en una ida a la cocina me alcanzo sin darme cuenta hasta que lo sentí pegado a mi trasero.

¡Don Ramiro que hace, compórtese por favor!

No puedo chiquita, te extrañado mucho desde que me fui, extraño esto que me dabas y se que tu también me extrañas.

Déjeme que ya me case, ya no es igual que antes.

Yo se que si, decía mientras metía su mano por abajo para tocar mi rajita que ya estaba mas que húmeda, apenas sentí sus manos y fue peor, sentí un escalofrió correr por mi cuerpo y casi me caigo de la pura emoción al sentir sus manos tocándome por abajo.

Por favor compórtese, no me meta en problemas.

Claro que no chiquita decía cuando su mano tomo la mía para llevarla a su verga que ya tenia de fuera.

Dime si no extrañas esto, ¡dímelo!

Casi por instinto lo agarre y lo apreté como midiendo si era el de antes o no y me dio gusto sentirlo igual que como lo recordaba, grueso y duro, caliente y suave al mismo tiempo.

¡Ya por favor, ya váyase!

Dale un beso y me voy, dime que si, por favor.

No se si fue el miedo que nos descubrieran o si realmente lo deseaba pero de inmediato me agache a verlo y llevármelo a la boca. ¡Que rico sentí!, ese olor me penetraba nuevamente el cerebro y me decía que lo deseaba. Fue un beso profundo pero rápido, me levante rápido y caí lo empuje a la puerta, ya váyase por favor, no me vaya a hacer un escándalo.

Cuando regrese a la salita ya estaba sentado junto a mi madre platicando sobre sus planes.

Don Ramiro quiere que le ayudemos al limpiar su cuarto para que ya pueda dormir hoy en su casa y ya mañana le seguimos con lo demás, la cosa que tengo que salir y no puedo, ayúdalo tu mi hija. No esperaba eso y me quede muda, me sentí entre la espada y la pared, e...s que pensaba salir también. No seas mala nadamas su cuarto y ya mañana entre las dos hacemos lo demás.

Al poco rato fui a su casa a hacer lo que pedía pero sabía muy bien que no era solo la limpieza sino que algo más.

Pas chiquita, te estaba esperando. Estaba ahí con un pants que se notaba que era lo único porque el miembro se le notaba parado y el sonriendo me dijo. También mi amiguito te esperaba. Cuando entre su cuarto estaba limpio, lo limpie cuando llegue porque queria que vinieras solo a verme.

Me abrazo y beso como si fuera su novia o esposa sin apartarse de mi, sus manos rodeaban mi cintura y bajaban a las nalgas sobándolas de manera un tanto vulgar pero me estaba gustando eso. Chiquita, no sabes como espere este momento, sus manos parecían de pulpo tocando por todas partes hasta que me soltó un momento solo para bajarse el pants y enseñarme esa verga lucia imponente, ¡no me digas que no extrañabas esto, tómala, chúpala, has lo que quieras que es para ti!

Ya no era dueña de mi y como un manso corderito me agache para tomarla entre mis manos y llevármela a la boca, era hermosa así, gruesa con las venas saliendo como si fueran a explotar, la bese con una pasión y deseo que no me conocía, ni a mi marido le hacia eso con tanta pasión, la bese, la mordí y pasaba mi lengua por toda la punta y luego regresaba a los testículos que colgaban impresionantes y los jugaba como si fueran bolitas de estambre, era excitante todo eso pero me levanto para llevarme a la cama cargando, era un juguete en sus manos y ahí me acostó, bocabajo para contemplar mis nalgas, ¡Estas hermosa, el matrimonio te puso mejor! Decía y las abría como queriendo ver que había en medio, mi ano sintió el airecito y se estremeció al sentir sus manos que lo tocaban y bajaban a la raja que ya estaba escurriendo su miel. ¡Deliciosa, Manjar de dioses! Decía mientras clavaba su lengua en uno y otro lado.

En un momento subió a la cama y se puso de forma encontrada a mi para que su verga quedara en mi cara y así se la mamara mientras el me chupaba a mi. No supe cuantas veces me vine así mamando y sintiendo como me comía la rajita hasta que se cambio de posición y sin decir nada abrió mis piernas para clavar la verga de un solo tirón.

¡Ay no tan fuerte! Gemí pero ya la tenía clavada, toda adentro y en ese momento mi panocha reventó en otro orgasmo que hiso que me mojara como si estuviera orinando.

¡Así chiquita, Vente, báñame con tus jugos!

Empezó a bombearme de forma ruda pero que mi cuerpo agradecía porque me daba un placer desconocido para mi.

Perdí el control y me deshice en palabras que no había dicho a nadie, ¡cojeme, duro, dame mas, no pares no te salgas, métemelo todo, mas, mas, mas!

Estaba desconocida pero ya no me contuve y me derrame en otro orgasmo espectacular mientras el me regaba por dentro con su caliente leche, me abrazo fuertemente como si fuéramos uno solo y así quedo un rato mientras su verga descargaba todo su semen guardado tanto tiempo.

No supe cuanto tiempo paso pero sentí que había dormido bastante cuando reaccione. Tengo que irme, es tardísimo.

Tranquila que es buena hora, decía mientras me abrazaba y me daba caricias en los pechos y raja, etas mejor que nunca y sigues tan ardiente como antes, eres una diosa de la cama sus palabras me hacían feliz y me excitaban supe que nunca lo iba a dejar, éramos la pareja perfecta en la cama. Si a alguien le interesa saber mi email lo doy en privado, gracias.