No todos los aromas!
La vagina aseada es algo apetitoso... es maravilloso probarla, es un olor que pone a uno malo. Lo malo es que una que otra huele a pescadería en quiebra. Sumando y restando, me atrevo a apostar que toda mujer alguna vez en su vida se ha sentido intimidada del olorcillo, pero la enorme mayoría corrige el problema lo mejor que puede. Una que otra, eh...