Foro / Pareja

Chica insatisfecha

Última respuesta: 18 de febrero de 2012 a las 20:19
A
allen_7009687
18/2/12 a las 2:05

Hoy me he levantado de buen humor. Me pongo mis medias de rigor con su minifaldita. No hay que enseñar demasiado, pero todo lo que se pueda. Mis taconazos me hacen sentir arrebatadora. Me pongo el sujetador con la esperanza de que se encargue otro de arrancármelo a mordiscos. El roce de la delicada tela sobre mis pezones hace que reaccionen con firmeza. Un escalofrío recorre todo mi cuerpo, y me veo con la obligación de rozarme con dulzura. Ufff, ya de buena mañana me veo atrapada por el yugo del placer. Ojalá todas las cadenas fueran como estas. Pienso que he perdido 20 minutos de mi vida, porque después de vestirme, me voy a desnudar entera otra vez, porque estoy segura de que cuando empiezo no acabo. Introduzco mis dos manos en el interior del sujetador y siento toda la generosa carne. Humedezco mis dedos y dejo que los botones del placer se lubriquen con mi líquido. Cuando me quiero dar cuenta estoy espatarrada en la cama, con el sujetador por el cuello la minifalda puesta, y profiriendo unos profundos gemidos que delatan lo que me estoy tocando a quien me oiga. No puedo parar, saco a mi aliado alargado de la mesita de noche, y lo pongo a funcionar a toda potencia. Esto es el novamás, me gustaría que alguien entrara por la puerta en ese momento y acabara la faena. Mis pezones van a explotar, no se puede sentir más placer. En ese momento, un estallido recorre todo mi cuerpo conectando cada célula en un profundo gemido, y luego, la nada. Sí, me he corrido otra vez. Y como siempre, ha sido como nunca.

Ver también

A
allen_7009687
18/2/12 a las 20:19

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Fue una fría noche de invierno. Me dirigía a mi casa después de haber guardado las apariencias con mis amigas. Mi familia es muy conservadora, y en consecuencia de esto, el entorno social que me rodea es harto superficial, y yo soy muy ... solo que todavía no lo he descubierto del todo. Sabía que a medida que me encaminaba hacia mi casa, las posibilidades de que me ocurriera algo que sacara a la ... que llevo dentro disminuían. Quien lo diría, con lo buena que estoy como es posible que no encuentre buen macho que me cubra. Como siempre, mi ajustada y provocativa ropa delataba mis pensamientos, aunque siempre me la cambiaba antes de subir a casa. Cuando llegué al portal, procedí con el ritual de todas las noches: odiarme por no atreverme a ser lo suficientemente guarrilla, meterme en el rincón secreto a cambiarme de ropa, y comenzar a desnudarme echando miradas furtivas no vaya a ser que alguien me descubriera. Pero esa noche iba a ser diferente. En el momento de desembutirme del ajustadísimo y antinatural top que realzaba mi preciosa figura, sentí una presencia detrás de mí, y una mano aprisionando uno de mis senos y la otra tapándome la boca. El pánico surgió de las profundidades de mi ser, pero antes de que pudiera convertirse en un desgarrador grito, escuché una voz familiar que me tranquilizó profundamente.
-Tranquila, no te va a pasar nada malo.
Siempre he pensado que hay que tener cuidado con lo que se desea, porque puede convertirse en realidad, y creo que había llegado el día. No se muy bien quien era, pero puedo estar segura de que provenía de mis fantasías más húmedas. La tranquilidad que me había inundado se fue transformando en un nerviosismo creciente, de tal manera que si sus poderosas manos no me hubieran tenido sujeta habría caído al suelo fulminada en ese momento.
En ese momento mi asaltante comenzó a hacer trabajar sus manos. Parece que unos sencillos movimientos y apretujones en el momento justo en el sitio adecuado pueden convertirse en el más deleitante de los trabajos manuales. No se si él lo estaba pasando también como yo, pero lo parecía a juzgar por como se apresuraba en no dejar ningún rincón de mi, de momento, semi-desnudo cuerpo, sin palpar o inspeccionar. La situación era muy extraña, supongo que si mi mente hubiera estado sobria, habría llegado a la conclusión de que me estaban violando, pero en ese momento estaba borracha de placer, lujuria, y espectación por lo que tenía que venir. Intenté resistirme, pero no pude. Comenzó a frotarme suavemente la parte interior de mis muslos subiendo en cada pasada más cerca de la zona prohibida. Yo no quería que llegara nunca, no quería que esto tuviera fin. El tiempo pasaba tan rápido y tan despacio a la vez. Tengo que decir que no había visto la cara de mi amante improvisado, pero ni falta que hacía. Todo lo que tenía que ver lo estaba viendo y superaba mis expectativas con nota.
Y de repente, en un giro de acontecimientos que todavía no comprendo, cuando mi cuerpo empezaba a ser una fuente de néctar y placer, me susurra al oido:
-Nena, esto no puede quedar así, prometo volver y saldar la deuda que tengo contigo desde hace años.
Y desapareció. Todavía lo odio por lo que me hizo. Sueño con él todas las noches. ¡Como pudiste dejarme así! Vuelve a acabar o no haber empezado nunca. Y así vivo, sabiendo que en cualquier momento, en algún oscuro rincón mi amante secreto aparecerá para acabar su faena. Tengo miedo, pero me relamo de pensarlo.

ISDIN Si-Nails

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